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Buena Vida
¡El coronavirus también se mete en las conversaciones de sexo, alcohol, política y más!
No se puede cambiar la manera de pensar de los demás ni de los temas que pueden tratar, pero sí hacerles entender que atravesamos un momento excepcional y que se debe tener 'tino' para abordar el tema del COVID-19
La mayoría de ecuatorianos, por lo 'bajito', tiene un pariente que ha sido contagiado de COVID-19 y ese, quizás, es uno de los temas a tratar cuando se está en una reunión de amigos. Así mismo pasó con el feriado bancario, evento donde algunos ecuatorianos tuvieron que emigrar a otros países para obtener recursos económicos. Es que es por esa gran crisis nacional que casi todos tenemos -por lo menos- un familiar en el exterior.
Ahora, con el coronavirus respirándonos 'en la nuca', es el tema que sale a relucir en cualquier reunión social, igualándose a temas sobre política, religión, sexo o drogas.
"Al parecer, es inevitable hablar de la pandemia, la cuarentena, el distanciamiento social en cualquier parte", dice el psicólogo clínico Daniel Palomeque.
De igual forma como pasa cuando uno conversa de temas relacionados con religión, fútbol, identidad de género -donde casi nunca las personas se ponen de acuerdo-, el tema COVID-19 no solo se ha 'instalado' como pandemia mortífera que acaba con la vida de los seres humanos, sino también que genera 'enfermedad' a la hora de recordar lo que el virus va dejando a su paso.
Pero, ¿cómo puedes realmente tener una conversación con tus amigos, familia o 'peor es nada' que sea productiva, en lugar de terminar en una pelea a gritos -como sucede, a veces con temas de religión? Palomeque menciona a EXTRA que primero es posible que desees reflexionar sobre la situación tú mismo antes de 'lanzar' el tema.
"Una vez que hayas decidido continuar con la conversación, asegúrate de haber pensado detenidamente en todo lo que implica. ¿Es el momento oportuno? ¿Quién debería estar en la tertulia?", cuestiona.
Por su parte, la también psicóloga y experta en terapia conductual, Pilar Molina Aragundi, de la Universidad de Machala, dice a EXTRA que cuando una persona genera un tema específico de conversación, lo que hace es abrir una brecha que es llenada por el conocimiento propio, que muchas veces puede cambiar el comportamiento y manera de pensar de sus allegados.
"Por lo tanto, con tantas investigaciones sobre la posible vacuna del coronavirus, los pacientes asintomáticos y todo lo demás, los comentarios vertidos por el grupo de personas intenta cambiar o tomar para sí las opiniones, generando un cambio psicosocial y aceptando lo que dice en ese momento algún compañero", comenta la experta, quien añade que lo más conveniente es abordar este tipo de temas con cierto nivel de sensibilidad.
LA GENTE LE 'METE' MIEDO A LOS DEMÁS
Así como una persona puede hacerte cambiar de opinión sobre algún candidato presidencial, ya sea por alguna experiencia vivida o algo que leyó en redes sociales, también pasa lo mismo en el tema coronavirus.
"Alrededor de coronavirus se han mencionado muchos mitos, falacias y mentiras que la gente no sabe en qué creer. Sin embargo, es necesario evitar este tipo de conversas para no perder la 'cabeza'", indica Palomeque.
Además, el entendido afirma que estos temas pueden ser muy difíciles de comprender para algunas personas (al ser sensibles), y pueden sentirse ansiosos y asustados.
"Hay muchas personas que cuando hablan de cierto tema de sulfuran a punto tal de litigar con los amigos. Por eso se de mantener la calma y el control, y lo más recomendable es decir: no sé en vez de ponerse a pelear", sostiene Palomeque.
Sin embargo, Molina señala que el coronavirus, como tema de actualidad, tiene algo que el sexo, las drogas, política, deportes e igualdad de género no tiene: "Es invisible".
"Cuando hablamos acerca de política, salta 'de una' quién es el mejor candidato para manejar Ecuador; y de deportes; que Barcelona es el mejor equipo del Ecuador. Pero cuando analizamos el covid-19 solo vemos las muertes, los contagios, pero en sí el virus es invisible e imperceptible", argumenta Molina.
EVITANDO LOS 'QUIÑOS'...
¿Cuántas veces has vivido una discusión entre gritos y descalificaciones? ¿Todas las discusiones tiene que acabar así? ¿No sería mejor evitar discutir a toda costa? Adita Meza Velasteguí, psicóloga organizacional explica a EXTRA que “discutir no es malo, es positivo, sano y fruto de la madurez”.
Para la entendida siempre es positivo conversar “y si hay desacuerdos, es preciso negociarlos mediante una discusión”.
El problema está cuando percibimos que el contenido de una conversación nos produce un sentimiento de injusticia. "Esto hace que interpretemos una opinión como algo que ataca a nuestra persona y esta emoción, junto a la ira, enciende las alertas que transformarán un encuentro en desencuentro”, dice Meza.
En estos casos -señala- esas situaciones en que uno ya prevés de antemano que en ese encuentro va a ver 'quiños' “ahórrate el sincericidio”, comenta.
"Hay situaciones en que entre exponerse y no decir nada, es más sano mostrar un 'silencio administrativo' si no queremos alimentar un posible conflicto”, opina la experta.
Además, una de las reglas de oro para no acabar en una discusión cual 'pelea de gallos' es evitar a toda costa entrar en el plano personal.
"Hay que pararse a pensar unos segundos en la visión y experiencia del mundo que tiene su interlocutor (y que probablemente difiere mucho de la suya) y, con ello, esté abierto mentalmente, no juzgue y quédese con aquello que le aporte de lo que su interlocutor comparta con usted", recomienda la psicóloga.
En definitiva, planteate si de verdad quieres hacer cambiar la opinión de los demás o tan solo quieres exponer tus ideas. Vale la pena la reflexión y si eres de los que son 'fosforito' es mejor no opinar y estar en 'voz baja'.