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Buena Vida

Doña Esperancita no solo trata temas relacionados al amor, también de otra índole.Extra

Consultorio Sentimental: “Mi mujer me engaña con un mesero”

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Buenos días, doña Esperancita. Me llamo Oswaldo, tengo 33 años y soy de Quevedo. Le escribo para que me diga qué puedo hacer. Lo que ocurre es que me estoy separando de mi mujer y para ser sincero no concibo quedarme solo. Ella tiene 31 años y hemos estado juntos desde que éramos unos “pelados”. Hasta el día de hoy la sigo amando, pero creo que ella no siente lo mismo por mí. El problema es que se fue de la casa y se llevó a mis dos hijas y por lo que veo no piensa regresar. Ella trabaja en un restaurante en el área de cocina y me enteré que me engaña con su amigo, el mesero del lugar. Esta persona suele quedarse con ella hasta la salida del trabajo y la va a dejar a casa de su mamá. Hace dos días los vi abrazados dándose un pico; sin embargo, no me quise imaginar qué cosas más podrían haber hecho a mis espaldas. Tengo entendido que andan saliendo en calidad de novios. Quise regresar con ella, incluso presté dinero a los chulqueros para poner un negocio, pero no le gustó para nada la idea, hasta se enojó… De verdad, necesito su ayuda.

Respuesta:

Te noto bastante desorientado, sin saber para dónde coger. Es lamentable lo que te ha sucedido, pero qué te puedo decir… cuando el amor se acaba, no hay mucho que puedas hacer. Al irse tu mujer de la casa, dio su primer paso para decirte adiós. Si te cuesta entenderlo, te lo resumo, ella ya no quiere nada contigo. Por lo tanto, tu relación estaría rota. Trata de asimilarlo como una persona civilizada, por más duro o difícil que te parezca. Seguramente los problemas ya venían suscitándose entre ustedes, pero no los supieron manejar con madurez. Solo Dios puede restaurar un hogar quebrado, pero si no hay voluntad ni seriedad entre las partes, estará destinado al fracaso absoluto. Lo que te puedo aconsejar es que te quedes quieto; si tienes que enmendar errores, hazlo, pero sin fijarte en los de la otra persona. Cumple con tu deber de padre y evita meterte en problemas. Es mejor tener dignidad a salir perjudicado. Y, por cierto, eso de prestar dinero de dudosa procedencia a cualquiera enoja. ¡He dicho!