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Turismo
Conoce Oña, la cuna de las lagunas y cascadas
Es una de las elevaciones coloniales más antiguas del Azuay. Cuenta con una variedad de climas y paisajes alucinantes
Sus calles empedradas al pie de las viviendas de adobe son la carta de presentación del cantón San Felipe de Oña, formado por dos parroquias, Susudel y San Felipe.
Es un tesoro escondido que guarda su identidad de 480 años de historia y está situado a 102 kilómetros al sur de Cuenca. Su población es de 3.583 habitantes, la mayoría dedicada a la agricultura.
El suelo irregular de sus alrededores lo convierte en una maravilla natural para recorridos a pie y turismo de aventura.
Sus pisos climáticos (variación del clima según su altitud) van desde el páramo, bosques primarios y secundarios en las partes altas, hasta pequeños valles calientes en las zonas bajas junto a los ríos San Felipe, León y Rodeo, que han formado cascadas y 75 lagunas naturales.
Los recorridos
Para llegar a las lagunas del área Protegida Comunitaria del Ecuador se recorre en auto desde el centro cantonal por la vía principal Cuenca-Cumbe-Loja, unos 3 kilómetros con dirección a la comunidad de Morasloma.
Luego hay que tomar el acceso a Zhidil hasta llegar al complejo lagunar de Oña. Ahí puede hacer pesca deportiva, camping, paseos a pie y ciclismo, indica David Ochoa, responsable del área turística del cantón, quien sostiene que las lagunas se ubican a cortas distancias. De 15 a 30 minutos le toma llegar de una a otra.
A las cascadas se avanza por la misma ruta, pero debe arribar primero a Morasloma, 2 kilómetros más abajo del ingreso a las lagunas. De ahí debe ir hasta el caserío Gunucápac para recorrer otros 5 kilómetros hasta llegar al final de la vía donde está habilitado un parqueadero. Si sigue un camino incaico, a 15 minutos podrá admirar la primera cascada denominada del Rodeo. A la derecha hay otro sendero que lleva hacia la cascada de Conventillo, ideal para camping, caminatas, cabalgatas y baños naturales con el agua de las cascadas.
En los alrededores de las cascadas y lagunas se halla la Loma de Putuchio, donde se realizan deportes extremos, de aire y tierra (parapente, paracaidismo, ciclismo de montaña y rally en motos). En el recorrido se puede apreciar la construcción nativa de muros y empedrados, que sería un cementerio incásico que data de unos 3.000 años a C.
'La bella de París'
Su arquitectura es ancestral y guarda el recuerdo histórico de haber sido el centro comercial del Incario.
Esta vieja casona, llamada la ‘La bella de París’, sirvió de descanso para los incas, y en épocas cercanas a la actual fue el albergue para los caminantes de la ruta Cuenca-Loja, punto medio entre las dos urbes.
Es una estructura que tiene entre 150 y 200 años, cuenta con dos pisos, cuartos espaciosos y un patio lo suficientemente grande para albergar a cuanto turista llegue.
El nombre de la ‘La bella de París’ lo dio un grupo de pintores que llegaron desde Cuenca para pintar la casa, señala Ochoa.