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Personaje
Tiene 102 años y disfruta de leer EXTRA
La mayor parte de la vida de César Mera la ha pasado en altamar. Sus conversaciones son en retrospectiva. Le puede faltar todo menos su Diario EXTRA
La ciudad de Bahía de Caráquez fue la cuna de su nacimiento. Él vino un 22 de agosto de 1918 a alegrar el hogar de Antonio Mera y María Esther Vera. Es el mayor de los 10 hijos de dicho matrimonio. Sus hermanos han fallecido, todos rebasaron los 80 y 90 años.
A los 14 empezó a trabajar en las labores del campo, en una finca ubicada entre Jama y Pedernales. Tres años después, su padre lo ‘entregó’ al encargado de los ferrocarriles de Bahía de Caráquez para que aprenda el oficio. Allí permaneció por cuatro años y hacía trabajos de fuerza, como trabajar con yunques y fierros.
Por la década de los 40, arribó con su familia al Puerto Principal en busca de mejores días y tuvo la oportunidad de trabajar a bordo de barcos que cubrían rutas entre Ecuador y Europa. Inició como personal de limpieza, pero por su dedicación lo promovieron hasta llegar a ser el encargado del cuarto de las máquinas de las naves. En la primera fase les dio mantenimiento, luego se hizo cargo del funcionamiento.
''Recuerdo que ahí conocí varios países y sus puertos, como Italia, España, Portugal, Alemania, Dinamarca e Inglaterra. Esas travesías transoceánicas demoraban entre 17 y 20 días, solo el trayecto de ida", rememora el longevo de 1,70 metros y contextura firme, a pesar de los años.
Posteriormente vinieron nuevas experiencias, pero en Estados Unidos, en embarcaciones bananeras. Después llevó la jubilación y pudo ‘anclarse’ a una vida no tan trajinada, pero siguió con su eterna pasión, navegar, esta vez en la provincia del Guayas, en barcos que prestaban servicio de transporte de camarones, combustible, hielo y agua.
Para el centenario fue muy difícil dejar de su vida a bordo de un barco, laboró hasta que el cuerpo se lo permitió, casi hasta los 85 años.
VA DE RETRO...
De los gobiernos que le ha tocado vivir, rescata el liderazgo y obra de Velasco Ibarra, la oratoria de Jaime Roldós y cree en Álvaro Noboa, a quien considera que podría ser un buen representante de los ecuatorianos, porque puede tener el don de gente y la capacidad de desarrollo económico de su padre, el empresario Luis Noboa Naranjo.
Sobre la dolarización, dice que prefiere el sucre. Y sostiene que el cambio de moneda no le afectó mucho, pues contaba con varias inversiones y su caja fuerte personal.
BUEN ROBLE
Por la pandemia no ha podido hacer sus caminatas en el portal de su casa, en Barrio Gary, sector en el que vive hace más de 50 años. Pero no quiere ser imprudente y ‘pescar’ el virus, del cual no se ha contagiado.
Siempre ha sido seguidor de la medicina natural y la buena nutrición, basada en pescados y frutas. Cumple la frase: ‘desayuna como rey, almuerza como príncipe y cena como mendigo’. A sus 102 años es bendecido con una excelente salud, no conoce la hipertensión, diabetes o enfermedades cardíacas, lo que le aqueja es el dolor a sus rodillas, pero aún así se encarga de su aseo personal y alimentación. “Mi secreto es no ser muy borracho”, indica don César, a quien se le preguntó si dejó amores en aquellos puertos, prefiere no hablar y lo deja a la imaginación…
UN FAN DE DIARIO EXTRA
Desde hace 35 años es fiel lector de Extra, manifiesta que lo es porque informa primero y mejor, lo pone al día con el acontecer nacional, le presenta historias y personajes interesantes. Con una sonrisa pícara reconoce que no se pierde el Lunes Sexy. También le agrada que los titulares de la portada sean grandes y los puede leer sin ayuda de lentes, ya para letras más pequeñas se ayuda de una lupa.
- Padre de cuatro hijos: César, María Esther, Yolanda y Marcia.
- Emelecista de corazón, sin caer en la ‘enfermedad’, admite.
- Su nieto, la tercera generación de los César Mera, afirma que cada vez que fallecía uno de sus hermanos se lo comunicaban y le daban sedantes naturales para asimilar la noticia. Él los acompañó en todos sus sepelios.