Sus formas son variadas. Unos son circulares, otros tienen forma de abanicos o de rombos. Los aretes que vende la artesana Dayanna Mendoza surgieron como un medio de sustento económico pero, además, parecen ir ganando terreno como un símbolo distintivo de su natal Manabí.

La joven de 25 años apenas lleva una semana probando suerte en el campo del emprendimiento, pero ya anda 'felizota' y soñadora con la idea de iniciar una verdadera actividad comercial. 

Ese impulso quiso combinarlo con algo de tradición de su región. A pesar de haber nacido en Manta, Mendoza recordó que uno de los productos más típicos de su provincia son los sombreros de paja toquilla, fabricados mayoritariamente en el cantón Montecristi.

Incluso, en 2012, el tejido tradicional de este tipo de sombrero fue incluido en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por la Organización de Naciones Unidas.

Origen y tradición

El principal material con el que se fabrican este accesorio para la cabeza es una fibra natural, originado de la Carludovica Palmata, una especie de la familia de las ciclantáceas , conocida como toquilla. Pero a Dayanna Mendoza se le ocurrió que podían hacerse aretes también. Entonces se puso a averiguar y conoció a un artesano para que le dé un 'empujoncito' con el 'nego' de  los pendientes.

"Algunas mujeres no usan aretes porque dicen que les pesa, entonces la idea es usar unos que casi no se sintieran y la paja toquilla es muy liviana", comentó.

La muchacha se puso de acuerdo con el proveedor, precisamente radicado en Montecristi, e inmediatamente él hizo una colección de 20 modelos de aretes diseñados por Mendoza. El producto lleva adherido un pedazo de tagua (que puede ser de varios colores), en el cual va colocado un diminuto gancho que se inserta en la oreja.

Un orgullo

"Es bonito usar algo que te haga recordar que eres de Manabí y que eres de Ecuador. Es parte de la identidad cultural nuestra", comentó.

Mendoza quiso aprovechar que ahora, por efecto de la pandemia del coronavirus y para evitar contagios, es mejor hacer ventas por internet y entregar la mercadería a través de envíos postales. Esa fue la estrategia que aplicó, para ya no alquilar un local para vender.

La nueva comerciante ha vendido 14 unidades y denominó a su empredimiento "Coco, By Dayanna". En su primera semana de actividad ya logró hacer entregas hacia Guayaquil.