Exclusivo
Buena Vida
Alina Cedeño, La psicóloga tras la consola musical
Fue la DJ que encendió las noches en discotecas concurridas por los GLBT. Los remixes son producidos por ella.
En un mundo donde los hombres dominaban las mezclas musicales, una manabita tuvo la osadía de encender las noches con ritmos electrónicos. Fue una de las primeras mujeres a nivel local detrás de una consola, de la cual se desprendía un show con buena música acompañado de luces multicolores.
Esos ingredientes se convirtieron en el imán de la movida nocturna guayaquileña que atrajo especialmente a la comunidad homosexual. Los gais la amaban. Y no era para menos, pues Alina Cedeño o DJane Ali (su nombre artístico) era la encargada de mantenerlos bailando y saltando dentro de la pista con los sets de música electro, tecno, trance y dance que ella creaba, gracias a sus estudios de Producción Musical en el ITAE (Instituto de Artes del Ecuador), en el cual también fue docente y luego directora de la carrera.
Esta mujer de 46 años y hablar pausado no es solo ritmos. Detrás de ella hay todo un bagaje de conocimientos. Estudió Administración y Marketing y está a pocos meses de obtener su título de psicóloga, profesión en la que también piensa incluir la música como terapia.
Productora musical, DJ, psicóloga... De todas, ¿cuál pondrías en primer lugar?
En realidad mi primera profesión fue la administración de empresas. Trabajé en el negocio familiar, pero luego empecé a estudiar Producción Musical y de ahí Psicología. He hecho las tres cosas. La música y la producción seguirán en mi vida todo el tiempo y ahora que estoy empezando a ejercer la Psicología también.
Hace un par de décadas, aquí difícilmente se podía ver a una DJ. Recuerdo a Denisse Chalela y ahora están Chincha y Diminich.
Diminich y Chincha son de otra generación, son más jóvenes. Yo soy contemporánea con Denisse. Digamos que somos las que aparecimos en el medio. Lo mío es música electrónica, progressive, house, dance music. No toco reguetón.
¿A qué público va dirigida tu música?
Mi público es más gay. En mi época de Colors (discoteca), yo tocaba ahí. Mi ‘performance’ es un show. Yo no voy y toco, yo armo un espectáculo. Quienes asistían iban a ver a la DJ moverse y vibrar con cada canción que ponía. Mi playlist es planificada, yo tengo una narrativa musical, por eso casi no toco mucho.
¿Por qué tocar solo para el nicho gay?
Porque es el público al que podía tocarle este tipo de música. En otras partes, ya sea Europa o Estados Unidos, el espectro es más amplio, pero acá solo los gais tenían este gusto musical. He tocado en eventos culturales, lo hice en una galería de arte y solo para ambientar metí mi música ochentera y mucha gente explotó. Me dijeron que nunca habían escuchado algo de esa forma. En las discos ‘hetero’ es más difícil, podría tocar una hora, pero la gente siempre va a pedir algo más comercial, como reguetón y salsa. Y como dije, yo no pongo ese tipo de música.
Si te contratan para poner música en una fiesta o reunión, ¿no vas?
Hay gente que me pide que toque en sus fiestas, pero yo lo que presento es un show. No pongo las canciones que pide todo el mundo. El ‘ponme la canción tal’ no existe para mí. En ese caso abran Spotify y pongan la lista de temas que quieran. Yo entrego un set con el cual el oyente tiene un viaje de dos horas, a través de un show de narrativa musical.
¿Crees que tu música no es la adecuada para estos eventos?
No hay Alina en cualquier fiesta. De hecho, cuando me dicen para tocar en cumpleaños o en fiestas privadas, les digo que no soy la adecuada, porque la gente va a pedir reguetón. Está en tendencia lo comercial, y yo no pongo eso. Te puede gustar lo que toco, a un grupo de chicos también, pero ha habido un cambio drástico y generacional de gustos musicales. Actualmente es lo urbano lo que reina, a diferencia de la gente de antes que viene con un antecedente musical rico, pero los chicos de ahora no saben de eso.
¿Se puede vivir así?
Para nada.
Música y sensaciones
Falta muy poco para que obtengas tu título de psicóloga, ¿vas a usar la música como terapia?
Estoy en ese proceso de génesis, analizando el tema de cómo poder fusionarla con la psicología. La música está en el cerebro de todos los seres humanos, es parte de nosotros. No existe alguien a quien le guste más o menos. A todos nos gusta oír música. La cuestión de géneros es otra cosa.
¿Qué hay de cierto en que la música domina a las bestias?
Y así todo. Se puede conquistar con la música a alguien y llevarlo a una antesala. Solo hay que escoger el género y el momento correctos.
¿Cuál es el tipo de música que sirve para enamorar?
Depende, pero la salsa erótica no falla.
Para una noche de pasión, ¿qué tema es el idóneo?
Para mí, ‘Sombra loca’ de Gilberto Santa Rosa.
Es una regla que una persona triste no debe escuchar canciones que la llenen de recuerdos.
Eso dice la PNL: no echarle más leña al fuego, pero creo que depende de la situación. Yo estoy a favor cuando es algo productivo como poder expresar las emociones y sentimientos. A veces a través de una canción triste puede haber un encuentro con tus emociones, expresar lo que no puedes decir. Y desde el punto de vista terapéutico, considero que está bien hacerlo, pero solo un momento o por un tiempo corto. No es saludable hacerlo todo el día. Si eres depresivo, es mejor no hacerlo, porque no te va a ayudar a levantarte y a motivarte. Ebrio tampoco.
- Más de ella
-Llegó a Guayaquil hace 20 años.
-Es la menor de cuatro hermanos.
-La pasión por la música viene desde que era adolescente.
-Empezó a comprar sus aparatos musicales a temprana edad.
-Armaba y desarmaba los parlantes para ver su funcionamiento.
-La desaparecida discoteca Colors, sitio de encuentro de los GLBT, fue el primer lugar donde tocó.
-Actualmente solo produce sus canciones y remixes, que están colgados en su página de Souncloud.
- También creó un curso online (pregrabado) sobre el manejo del software Ableton, un programa dirigido a los músicos que deseen crear sus producciones, en la plataforma Udemy.