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Quito: Zeus se habría convertido en un perro belicoso por el encierro
Permanece en un centro veterinario a la espera de definirse si se rehabilita o le aplican eutanasia. La mala tenencia tiene que ver con la agresividad
Zeus no está en su casa desde hace una semana. Este perro de raza pitbull es el implicado en el ataque y muerte de un niño de 2 años y medio. Su destino está aún en evaluación.
Su caso es uno de los 200 ataques a humanos reportados en Quito, en lo que va de este año, aunque es el primero con muerte.
En la vivienda donde todo ocurrió, la tarde del sábado 24 de junio, no hay correteos de niños. Silencio total. Una de las vecinas contó a EXTRA que desde hace algunos días la familia afectada se marchó a la casa de unos parientes, quizá para sobrellevar la tragedia. “No los hemos visto”, dijo.
Esa tarde, Zeus atacó al niño mientras jugaba con su hermana mayor. En los primeros informes del hecho consta que le destrozó el rostro con sus potentes fauces. Al barrio San Juan de Calderón, en el norte, llegó un equipo de la Unidad de Bienestar Animal (UBA) para llevarse al can y a otra perrita de la misma raza.
“Es el protocolo para precautelar a los afectados y también al can porque puede haber represalias de parte de los humanos”, explicó Andrés Tufiño, jefe de Inspección y Control de la UBA.
El destino del perro, de unos 5 años de edad, aún no se define, pues faltan más evaluaciones de su comportamiento. Zeus podría incluso ser dormido (aplicar eutanasia), en el caso de que se determine que no tiene forma de rehabilitarse. “La agresividad ha aumentado según nos reportan sus cuidadores”, reveló Tufiño.
Fernando Usiña, un vecino de los dueños del perro, contó que tanto la familia afectada como sus mascotas no solían salir mucho. “En la otra casa donde vivían los tenían en la terraza, en la casa donde sucedieron las cosas casi no se los veía”.
MALA TENENCIA
Zeus se ha mantenido alerta, incluso ha intentado morder a algunos funcionarios del centro veterinario donde lo tienen. Esto, según Tufiño, tiene que ver con las condiciones en la que fue criado.
Se registró, por ejemplo, que ambos canes vivían en un espacio de 12 metros cuadrados. “Al ser un perro grande, necesita de más espacio y sobre todo de actividad física para desfogar su energía”.
La familia del menor de edad atacado, además, podría recibir una multa por este tipo de contravención, pues el maltrato no es necesariamente golpearlo, sino tenerlo en malas condiciones.
Además, los expertos determinaron que los perros estaban bajos de peso, no fueron esterilizados y tampoco tenían certificado actualizado de vacunas.
“Es un animal mal socializado, estaba en un espacio muy reducido. Además, la hembra estaba en una losa porque estaba en celo”, acotó Tufiño.
Ese distanciamiento generó ansiedad en Zeus, por el instinto de reproducción. Por lo que se puede suponer que también hubo irresponsabilidad de los adultos al exponer a un infante a esta situación, según Tufiño. “La mala tenencia tiene mucho que ver con la agresividad”, agregó.
LA REHABILITACIÓN
Zeus no es el único, en total hay unos 80 animales de compañía en los centros veterinarios por casos de agresiones. Uno de cada 10 canes tiene como destino la eutanasia. “Esto ocurrió con un perrito comunitario de Quitumbe hace pocas semanas. No tenía rehabilitación y así se evita sufrimiento al perrito también”, indicó Tufiño.
Para el veterinario Oswaldo Caviedes, es necesario un completo examen etológico para determinar si Zeus podría rehabilitar su comportamiento. Algo que desde la UBA ya se está realizando, aunque el informe final no se ha emitido.
“La eutanasia es la alternativa si después del informe se confirma que no es apto para reinserción, ya que pone en peligro la vida de personas y animales”, explicó.
Generalmente, estos canes, aunque rehabilitados, no vuelven a sus casas, sino que son puestos en adopción por la UBA.
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