“Ven bolléate. ¡Pilas, lleva tu bollo! Bolléate y ponle energía a la vida”. Esta una de las frases típicas que se escuchan en diferentes zonas de Guayaquil y que están llenas de cultura y sabor urbano.

En realidad, la palabra “bolléate” solo existe en el diccionario callejero de esta ciudad...

¿Pero qué es bolléate?, para la pípol es cuando existe un espacio en la barriga que se conecta con el hipotálamo (cerebro) para saciar el hambre con un rico bollo, el cual se prepara con una masa de verde que lleva pescado, maní, además le puedes agregar una salsa agria y ají. El guayaco siempre lo pide con arroz.

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Javier Zurita Corozo, más conocido como Hansel por su parecido con el cantante salsero Hansel Camacho, le pone su salsa al vender este delicioso bocadillo.

Él grita el tradicional: “bolléate” y con eso alborota ‘la leona’ y afirma que un guayaco bien puede comer bollo hasta tres veces por semana.

“Estos son los verdaderos, el buen verde y con harta albacora”, expresa Hansel, quien recorre las calles con una especie de carrito en el que lleva su producto para la venta.

Dice que para atraer a los clientes también grita: “bollos, bollos de pescado. ¡Pilas, palidosos!, cómanse un rico bollo para estar papelito”.

EL SECRETO

Javier Zurita comenta que el secreto para un buen bollo es rallar el verde, o sea a la antigua, nada de máquinas modernas. El día de este vendedor guayaquileño comienza a las 06:00, se va al Mercado de la Caraguay, en el sur, donde compra todo, desde el verde, las hojas para envolver el producto y el pescado fresco.

Él vive en la Isla Trinitaria y de lunes a viernes hace esta rutina. Mientras cocina la masa, también prepara el arroz, la salsa de maní y el ají.

Antes de ser bollero, Hansel trabajaba en un camaronera y gracias a este ‘camello’ ha podido criar a sus dos hijos, Carlos y Josué.

Zurita camina cuatro horas diarias por las calles de Guayaquil ofreciendo estas ricuras hasta cuando Dios lo tenga con vida.

LA FAMA

Hansel es famosísimo por la calle Colón hasta Ayacucho, entre Quito y Gallegos Lara, una zona comercial, donde los vecinos y trabajadores transforman las veredas en canchas de fútbol.

Zurita recorre la ciudad de lunes a viernes desde las 15:00, tiene una clientela establecida y algunos hasta le piden bollos para enviar al extranjero. Cada bollo cuesta 2 dólares, pero si lo quiere acompañado con arroz, $ 2,25.

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