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En Venezuela los profanadores de tumbas se llevan hasta el hierro de las urnas
Es la realidad que atraviesan los cementerios Nuevo y Bella Vista, de Barquisimeto.
AAna Castillo, quien tiene algunos familiares sepultados en el Cementerio Nuevo, de Barquisimeto, denuncia que suele ver hombres allí que pasan con carretillas llenas de barras y trozos de hierro. Esa no es una novedad para un funcionario del lugar, quien ratifica que ni siquiera se salvan las capillitas de los panteones. Incluso, se llevan las rejillas que permitían a los dolientes dejar una vela encendida ante el alma de sus deudos.
Es tan difícil la situación, que los responsables del camposanto encuentran sellando toda la cerca perimetral en bloque y concreto armado, para no dejar espacios metálicos, que son atractivos para los intrusos, que sustraen este tipo de material para venderlo en las fundidoras, según informa el medio local La Prensa de Lara.
La fuente confirmó al diario que una cuadrilla se encuentra sacando la maleza de la entrada principal, pero que el personal es escaso, al punto de que de unos 70 obreros con que contaban, hoy no llegan a 30 por la pandemia por covid-19. También señaló que a falta de capacidad, se encuentran ubicando algunas calles de tierra, cuyos accesos no son transitados y así continuar ubicando más fosas.
El empleado del cementerio recuerda que en el primer semestre de 2021 tuvieron alrededor de 1.700 difuntos.
Desde la Asociación Civil de Camposantos, Nelson Fréitez, reitera que antes de la pandemia se conocían de más de 200 profanaciones de tumbas ante la falta de vigilancia y el saqueo por prendas de valor, además de ciertos casos que estaban ligados a rituales de espiritismos.
Otra fiel defensora es Yuyita Chiosonne, quien reconoce el interés que hubo desde la Alcaldía de Iribarren por el resguardo y restauración del Cementerio Bella Vista, por ser Patrimonio Histórico de la nación, pero que desde hace dos meses no siguieron las mesas de discusión por la campaña electoral.