“El tráfico en Guayaquil cada diciembre es insoportable. Es el mismísimo infierno”, publicó en Twitter la noche del lunes  19 de diciembre, José Rendón, habitante de la cuarta etapa de Samanes, tras demorar casi hora y media en llegar a casa.

Él trabaja en una compañía ubicada en la Kennedy y su recorrido a casa, que generalmente le toma 20 minutos, se triplicó. La avenida Francisco de Orellana, su ruta habitual, era un caos.

"La falta de planificación y el desinterés de la autoridad por remediar este problema que nos ahoga fácilmente desde ya hace 20 años, son detestables. Son 2 décadas viviendo la misma estupidez, somos el espejo de ese pasado. En Guayaquil diciembre jamás podrá ser un mes de paz", se quejó Rendón, quien cuestionó que la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) no ejecute un “verdadero plan” que logre revertir este escenario.

Y es que para la ciudadanía, que además ha hecho público su malestar en redes sociales, de poco o nada ayuda que durante este mes la ATM coloque más conos en las vías, bloquee los giros a la izquierda o designe más agentes.

“Tenemos un parque automotor que crece cada vez más, tenemos centros comerciales y plazas por montón; una metrovía colapsada y buses de transporte público deficientes; unas aceras angostísimas. Con todo esto, cómo no va a colapsar la ciudad”, comentó Jeremías Cáceres, residente de Los Ceibos que el miércoles 21 de diciembre llevaba 45 minutos intentando llegar al centro. A las 14:00 estaba en la 9 de Octubre y no había avanzado ni a la mitad de su destino.

En la Carlos Julio Arosemena, en las calles aledañas a la Bahía, así como en la Francisco de Orellana, en la avenida de Las Américas y en la Juan Tanca Marengo, el escenario era el mismo. Los autos rebosaron y los gritos plagados de insultos hicieron eco en las rutas.

Héctor Hugo, catedrático e investigador en temas de movilidad, sostiene que en el Puerto Principal debe construirse un tren eléctrico elevado que conecte el norte con el sur, considerando que para el 2050 (según las proyecciones mundiales) el 70 % de la población estará en las urbes.

“La columna vertebral entonces debería ser ese tren, que lo tienen ya las altas potencias, que lo están concretando también las medianas, que lo necesitan las ciudades de Sudamérica; y que en el caso de Guayaquil, conectaría a Mucho Lote con la Orellana, y a esta con la Universidad Laica, avanzando hasta la calle Machala, la Quito, la 25 de Julio y llegando al Puerto... Todo esto en menos de 45 minutos y sobre el aire. Y ojo, que esta estructura no resultaría costosa como parece, sería mucho más barata que la Aerovía o una obra bajo tierra”, precisó Hugo, quien además hizo énfasis en la necesidad de recuperar el río Guayas para la movilidad.

El experto dice que no podemos seguir pensando en parches únicamente para determinados meses. 

El planificador urbano Roberto Freire coincide con él: “El tren es una opción viable que a Tokio, cuya población es inmensa, le ha dado fluidez. Ni los puentes ni los viaductos son la solución. No es para nada una idea descabellada. Hay que pensar sí o sí en el futuro".

Freire también apunta hacia la utilización del río. "Si hoy tuviera vida, si nos pudiéramos mover a través de él, ni Guayaquil ni La Puntilla estarían como están. Por Dios, La Puntilla está insoportable. Con la Navidad, el problema no ha hecho más que agudizarse”, alertó.