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Tradición y color: la procesión del Niño Viajero reúne a miles en Cuenca
El Pase del Niño Viajero se vive con alegría en Cuenca
Cholas cuencanas, ángeles, pastores, San José, negros danzantes, Papá Noel, entre otros personajes, son parte de la Pasada del Niño Viajero que se desarrolla en Cuenca este 24 de diciembre.
La algarabía de la gente que aguarda la llegada de la imagen del Niño Viajero se acompaña de las notas musicales de decenas de grupos y bandas populares que entonan los tradicionales villancicos.
En el barullo de la gente también se funden los gritos de comerciantes que ofrecen sombrillas, aguas, jugos y hasta bancos para aguantar la larga jornada de más de tres horas que dura la procesión.
Los carros alegóricos también son parte de este evento masivo que cada año congrega a más de 80.000 personas.
Estas plataformas ocupan más de 10 cuadras, todas están adornadas con telas, guirnaldas, flores, luces navideñas y otros arreglos como cuyes asados, fundas de caramelos, maíces y más. Los mayorales también son parte de este acto y recorren las calles sobre caballos revestidos con telas que llegan hasta sus herraduras.
Para disfrutar de este espectáculo cultural y religioso, familias enteras se congregan en las aceras de la calle Simón Bolívar.
Este año, la imagen del venerado viste un traje rojo con elementos eucarísticos que fue elaborado por las hermanas del monasterio de El Carmen. Tres meses les tomó elaborar esta vestimenta especial.
Para los asistentes, también se repartirán 10.000 litros de la tradicional chicha y 3.000 panes de pascua que fueron elaborados por la familia Pulla.
Previo a la gran pasada, el Niño Viajero sobrevoló la ciudad acompañado del monseñor Marco Pérez, quien bendijo a la ciudad.
La procesión recorre cerca de dos kilómetros y atraviesa todo el Centro Histórico de Cuenca.
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