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Trabajadoras sexuales de la 18: Papá Noel se les lleva los clientes
Tres sexoservidoras hablan de lo jodido que es ‘camellar’ en estas fiestas
El ambiente está tenso en la zona de prostíbulos más popular de Ecuador, la 18 de Guayaquil. El sector ha tenido problemas de inseguridad, por lo que el trabajo ha disminuido. Además, estamos en días de Navidad, y los gastos y compromisos propios de la época influyen en que los clientes intenten ahorrar.
El ruido que emana de los parlantes hace del lugar una fiesta. Suena salsa y algo de bachata. Los clientes pasan una pequeña revisión de seguridad en la calle Brasil, entre la 17 y 18. Hay demasiados mirones, personas que solo van a ver y nada más.
Angie, Lisette y Karol G. No, no son artistas; son los seudónimos de las sexoservidoras que accedieron a contarle a este Diario cómo son las fiestas navideñas en la ‘6x3’. Se sorprenden. Dicen que es la primera vez que alguien les pregunta sobre la Navidad.
Angie tiene “pinta” de bailarina. Dice, con orgullo, que ha salido tres veces en televisión: una vez bailando reguetón, otra como Shakira y una más como si fuera brasileña.
Ha perdido la cuenta de las Navidades que ha pasado en la 18. Se siente rara al hablar de ese tema, ya que aquí se comenta más sobre precios y tiempos. “Puedo decir que mis Navidades tienen dos etapas. La primera, cuando estaba con mis padres, hasta los 19 años. Era una vida linda; es más, a ratos la extraño. Luego todo cambió. Esta vida te hace madurar a la fuerza y aquí debo trabajar para mantener a mis hijos. Ojo, no me quejo, es la vida que me tocó y hay que darle”. Angie es madre de tres ‘cachorros’.
Comenta que, en la última quincena de cada año, baja la cantidad de clientes en esa zona de tolerancia, aunque ellas entienden que es porque los gastos aumentan para todos.
“En esta época disminuyen los hombres aquí, pero se viven situaciones raras. Yo nunca he pedido pascuas, pero una vez un joven me pagó mi dinero y luego sacó un sobre con algo de plata extra. Me dijo que eran las pascuas. Ese dinero lo usé para mis hijos”, relata.
Luego, Angie se pone sentimental y dice que, aunque el dinero siempre viene bien, ella más valora cuando la dueña del lugar viene, le da un abrazo y se pone cariñosa.
“Hay cosas que muchos no entienden. Una está aquí por el tema material (dinero), pero en realidad hay días en los que un abrazo es suficiente. Eso pasó en la Navidad de 2023, cuando me dieron una canasta, pero el abrazo fue gigante. Al final, somos seres humanos”, menciona Angie con los ojos llorosos. Pide un abrazo.
Cree en Papá Noel. Cuenta que cuando era pequeña, el viejo de la barba blanca le falló en cosas materiales, pero que siempre tuvo el cariño de sus padres. Si tuviera a Papá Noel al frente, le pediría dos deseos: que sus padres nunca se vayan, a pesar de que no les hizo caso en muchas cosas, y que sus hijos tengan salud. “Si tenemos salud, lo tenemos todo. Si Papá Noel no me trae nada de cosas materiales, no importa, yo las consigo con trabajo”.
QUE SE VAYA RÁPIDO NAVIDAD
Lisette tiene 28 años y su cabello es rubio. Un tatuaje cubre toda su mano derecha. En la 18 tiene apenas tres años; antes trabajaba como servidoras sexual en otras provincias.
Asegura que la época de Navidad es la más triste para quienes realizan trabajos sexuales. “No he hecho nada hasta ahora. Espero que vengan los clientes, pero diciembre es así, aquí viene poca gente”.
Son las 16:00. Llegó temprano a trabajar, lleva varias horas esperando clientes, pero parece que los hombres tienen otras prioridades.
“Ya quiero que pasen rápido estas fiestas. Si ven, no hay clientes. Si fueran otras fechas, de seguro que ni podríamos estar hablando con ustedes, por la cantidad de clientes, pero así toca. La vida nos puso en esto”, expresa.
Espera que alguien le dé las pascuas, pero con que la llamen a trabajar está bien.
Recuerda cómo ‘vacilaba’ las Navidades antes de trabajar como sexoservidora. Las pasaba con la familia desde el 23 hasta el 25. Ahora espera laborar hasta el 25, tipo 6 de la tarde, pero sabe que pocos vendrán.
“La situación está dura en todos los sentidos, desde la inseguridad, que hace que la cantidad de clientes baje, pero no hay que perder la esperanza. Ojalá que antes del 31 alguien me dé las pascuas, pero con que algún cliente venga, estará bien”, recalca Lisette, quien luego de hablar con EXTRA se retira a esperar, parada, a que venga su ‘Papá Noel’ de la tarde.
Mientras tanto, Karol-G, quien abrevió su nombre en homenaje a la cantante colombiana, con buen humor dice que la visita de EXTRA ha sido su mejor regalo navideño, pues por un momento se olvidó de las preocupaciones cotidianas. “La próxima vez traigan ustedes las pascuas. O mejor no vengan”, advierte con jocosidad.
Las chicas desean que pase rápido diciembre para que regrese la normalidad, aunque saben que enero es el mes más largo y que los clientes están gastados tras la ‘resaca’ de compras navideñas y de Fin de Año.