El crimen de Greinso Jesús Pineda Valero tiene nuevos detalles luego de cuatro meses de investigación. El joven, de 19 años, fue desmembrado, al parecer, en una fiesta en la casa donde vivía, en el barrio Jarrín, norte de la capital.

El muchacho apareció despedazado dentro de dos fundas que fueron abandonadas en la calle Yanacona, en San Enrique de Velasco, también en el norte, la madrugada del 22 de abril de este año. Por este atroz crimen fue detenida una mujer llamada María Rodríguez, de 27 años, en Machala, El Oro.

La Policía busca a una segunda persona que también habría participado en el crimen de Pineda Valero, de nacionalidad venezolana. Los nombres del prófugo y de Rodríguez surgieron con las investigaciones de la Dinased.

Las pericias demostraron que el extranjero vivía en una casa rentera de La Ofelia, norte de la ciudad, donde también residían ambos sospechosos. El dueño de esa vivienda dijo a la Policía que la víctima y ambos implicados eran amigos.

El hombre detalló que la noche del 20 de abril, Pineda Valero fue al departamento de los indagados a una fiesta con música a todo volumen. En la madrugada del 21 de abril se escuchó una pelea y gritos.

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Otro testigo, que también vivía en ese inmueble, notó algo extraño: cuando alguien gritaba durante la pelea, esa gente subía el volumen de la música. El escándalo se acabó y todo se calmó esa madrugada. En la mañana ese residente vio un zapato de la víctima manchado de sangre, pero su dueño no apareció más.

Pineda Valero murió estrangulado y se presume que lo ‘trocearon’ durante la farra. Esto porque los agentes hicieron pruebas de luminol y se halló sangre, aunque la gente no notó nada extraño después de aquello.

Rodríguez y el sujeto al que se busca dejaron la casa el 23 de abril, un día después del hallazgo de Pineda Valero, y se mudaron a La Ofelia, a tres kilómetros de distancia. Al notar que la Policía los seguía, se fugaron hasta que ‘cayó’ la mujer, quien está con prisión preventiva.

Luego de la localización de los restos de Pineda Valero, la Fiscalía General del Estado (FGE) la Fiscalía asumió que ese crimen era parte de un plan de amenazas contra Diana Salazar.

Esa fecha, el Ministerio Público llegó a esa conclusión porque había obtenido información de Inteligencia. Pero hasta ahora no se ha demostrado con pruebas que esto haya sido así.

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Para Mauricio Alarcón, analista político, Fiscalía debió indagar con responsabilidad este asesinato. Además se tenía que hacer sin emitir criterios previos que pudieron generar alarma, confusión e interferencia en la justicia.

“El caso se desvió con un asunto que no tenía nada que ver. Eso hace mucho daño y genera un sentimiento negativo en la gente”, acotó el especialista.

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