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Las líneas telefónicas fijas, en extinción
6.206 líneas convencionales se dieron de baja en 2018. La ciudadanía prefiere el móvil.
Hace tres años Pilar Herrera, quien reside en Durán y trabaja en Guayaquil, le dio de baja al servicio de telefonía fija por considerarlo innecesario.
“Cancelé el teléfono fijo porque todas mis hijas y yo tenemos celular, entonces el convencional estaba como adorno. Nadie lo usaba”, cuenta.
Como ella, según un sondeo informal realizado por este Diario sobre el uso de la telefonía fija en la ciudad, 14 de 20 consultados indicaron que cancelaron o no cuentan con este servicio, mientras que los seis restantes explicaron que lo mantienen para realizar o recibir llamadas del extranjero y por la facilidad de uso de miembros de la familia que no manejan el móvil.
Manuel Arteaga, de 70 años, morador de la cooperativa María Eugenia, aún conserva su convencional, pero solo lo usa para recibir llamadas de sus hijos, quienes viven fuera del país. “Ellos me hacen algunas llamadas al mes, pero igualmente lo uso muy poco. El celular sí lo llevo a todos lados”, agrega.
Así, luego de un siglo y cuarto de existencia de la telefonía fija, las cifras parecen apuntar hacia su extinción. Según la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel), en Guayaquil desde enero hasta octubre de este año se dieron de baja 6.206 abonados. De igual manera, 63 terminales de uso público (cabinas, monederos, entre otros) también cancelaron el servicio de teléfono.
A nivel nacional y en la misma fecha, la cifra de cancelación es de 33.268 líneas convencionales. Conforme la información enviada a este Diario por la Arcotel, esta caída inició a partir de los últimos años. No obstante, el pico más alto se alcanzó en 2015.
Y aunque la demanda de este servicio muestra un golpe de reducción cada año, la Arcotel no registra la caída de alguna de las operadoras que ofrecen el servicio, de las que la Corporación Nacional de Telefonía (CNT) tiene la mayor cantidad de clientes.
Actualmente, en la ciudad están registrados un total de 473.504 abonados al servicio fijo, lo que a nivel nacional significa alrededor de 25 % de clientes.
Mientras que la cifra de terminales públicas existentes en Guayaquil, suma 1.944. En abril del año pasado, este Diario registró que 66 de ellos, están ubicados en el centro, vías públicas, vía Daule, la calle Boyacá, centros penitenciarios y ciertas casas de salud.
Sobre esta última, algunos ciudadanos consideran que no es del todo deseable que se cancelen las líneas de los monederos o cabinas en la ciudad.
“Si por alguna razón uno pierde el teléfono, se debería tener la facilidad de buscar uno público para hacer alguna llamada”, argumenta Nelly Flores, usuaria.
Las cifras de telefonía fija de la Arcotel se subdividen en cuatro categorías: popular, residencial, comercial y terminales de uso pública; de las cuales, la residencial cuenta con 411.599 abonados, lo que significa que la mayoría de líneas pertenece a residencias familiares.
Voces
“Con el convencional uno debe estar atado a la casa para que lo llamen a uno. Yo por eso desde que aparecieron los móviles solo ando con eso, y es más que suficiente”.
Ricardo Vela, guayaquileño
“Yo prefiero comunicarme con mis hijas de otra manera. Ellas tienen su celular y yo el mío, entonces nos enviamos mensajes de texto, llamadas en cualquier sitio o por redes sociales”.
Pilar Herrera, dauleña
“A estas alturas yo no contrataría una línea fija. Con el móvil uno tiene comunicación en cualquier lugar, y eso sirve porque la mayoría del tiempo uno sale de viaje o a la calle”.
Luis Pérez, guayaquileño
La caída se replica en el mundo
El pasado 15 de noviembre, la operadora tradicional francesa Orange (ex France Telecom) dejó de comercializar las líneas de telefonía fija, que se prevé dejarán de funcionar a partir del 2023.
La empresa habría llevado a cabo una investigación en base a una experiencia piloto en Gran Bretaña, donde 14 localidades probaron la vida sin teléfono fijo. El resultado fue anunciado como exitoso.