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Tarjetazo para pagar el ‘cuerpeo’ pide la nueva soberana de un cabaré
Cerveza, pasarela y tangas fueron parte de este certamen de belleza en un cabaré de Quito. Las mujeres modelaron en terno de baño, traje de gala y respondieron preguntas como si se tratase de un evento internacional.
Karla se acomoda el panty negro, abrocha las correas de sus tacos de plataforma, se pinta los labios y espera que el animador diga su nombre para salir a modelar.
Son las 17:00. Unos 300 hombres, con ‘biela’ en mano, están ansiosos de ver los atributos de Karla y otras chicas en el primer certamen de belleza realizado en un cabaré del norte de Quito. ¡Puro fuego!
Seis trabajadoras sexuales muestran su atractivo físico, sus dotes de personalidad e inteligencia para ser elegidas como la nueva y primera soberana de este particular evento.
La pasarela no es un gran escenario con juegos de luces y adornos costosos, sino la tarima en donde las chicas suelen hacer sus shows de estriptís. Los espectadores son sus propios clientes, el jurado está a cargo de artistas de música nacional y el premio no es una corona con diamantes sino 500 ‘latas’.
Miss ‘chongo’
Con música tecno de fondo, Karla hace su aparición. Es la ronda de traje de baño. La mujer, de 32 años, menea su cintura mientras camina y de reojo mira a los espectadores. Ellos levantan un vaso de cerveza y ‘chiflean’. “Estás bonita, mi amor”, dicen algunos. Otros, como si estuvieran en un estadio de fútbol, hacen sonar cornetas y matracas.
Luego sube Cindy, quien se pone nerviosa y casi se cae. El animador la ayuda y pasa un trapeador por el piso para que continúe con la actuación.
Ella es una joven de 21 años, oriunda de Santo Domingo de los Tsáchilas. Para el certamen se preparó viendo videos de YouTube y recordando un reinado que ganó en una localidad de su provincia natal.
Alexandra, de 28, es la tercera en mostrar sus atributos. Sale con un enterizo azul y reparte besos al púbico. Entre tanto, Marisol da una vuelta mientras se saca un buzo y uno de sus clientes grita “¡Te amo!”.
Sofía es más modesta. Mira hacia el jurado y les guiña el ojo. Estefanía, por su parte, es la última en salir. Dice que es muy competitiva y que no concursa por el dinero, sino para demostrar que es una de las más despampanantes. Gastó más de $ 500 en su vestuario para el modelaje.
Salir de la rutina
Llega el momento de la pregunta de rigor. El jurado cuestiona cuál sería un objetivo para mejorar la atención en el establecimiento. Cindy, Alexandra, Marisol y Sofía indican que implementarían más controles de seguridad al ingreso.
Estefanía no sabe responder y Karla menciona que tiene dos estrategias: contratar una cooperativa de taxis para proteger a las chicas y permitir a los clientes pagar con tarjeta o transferencia.
Al escuchar esto, los hombres explotan de algarabía. Lanzan cerveza y algunos reservan una ‘ficha’ (adquirir servicios sexuales) con Karla mientras esperan el resultado de los jueces. Luego, por decisión unánime, anuncian que la nueva reina del chongo es Karla. La banda de virreina es para Sofía y la de señorita simpatía para Marisol.
“¡A chupar!”, gritan las mujeres mientras llevan a la soberana a los cuartos donde ‘cuerpean’, que terminaron siendo los camerinos.
La ganadora se aguanta las ganas de llorar por el triunfo. Ella dice que el dinero lo invertirá con su familia y en un almuerzo con sus ‘amiguis’. También señala que durante el evento estuvo nerviosa y considera que ganó por las respuestas que dio al jurado, pese a que, según ella, fueron improvisadas.
Añade que de este tipo de eventos les ayudan a salir de la monotonía de su trabajo y es una motivación para los clientes. “Espero atraer a más hombres con este triunfo”.
Artistas: durante el evento también hubo la participación de cantantes de música nacional.
‘Producto’ nacional: una de las particularidades de este cabaré es que las chicas que trabajan son ecuatorianas.