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El suelo de Guayaquil preocupa ante los sismos
Bienes públicos, hospitales, escuelas y pocas viviendas resultaron afectadas. Dos estudiantes se desmayaron del susto. La tierra porteña 'paniquea' por las zonas vulnerables.
“Acá fue hasta las mismas, pensé que se nos venía la pared encima, las mallas ‘temblaban’ y la gente corría desesperada por salir al patio”, relató ayer Leonidas, un interno de la antigua Penitenciaría del Litoral, más conocida como la ‘Peni’, sitio que fue ligeramente afectado por el movimiento telúrico de magnitud 6.1, el cual se dio el 14 de julio, a las 17:30. El epicentro fue en el cantón Daule, suroeste de La Aurora, provincia del Guayas.
Según el recluso, “hasta un pedazo del enlucido le cayó a un man y le partió la frente... la gente estaba asustada y hasta empujaron al llavero (el encargado de las llaves) para salir”. Sin embargo, relata que el susto no pasó a mayores y luego del sismo todo siguió normal adentro.
Esta edificación no fue la única afectada, de igual manera el Centro de Adolescentes Infractores tuvo sus ligeros daños.
Según Johan Coronel, subsecretario de Preparación y Respuesta ante Eventos Adversos del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencia, cuatro viviendas fueron afectadas (dos en Samborondón y dos en Guayaquil); nueve bienes públicos, nueve planteles, dentro de ellos está la Unidad Educativa Fiscal Rita Lecumberri, la Adolfo H. Simmonds, Unidad Educativa Enrique Gil Gilbert, entre otras.
Asimismo, se dio la caída de mampostería y techo falso en el Hospital Universitario, en el centro de salud Francisco Jácome, el de la Trinitaria 3.
Coronel reveló que el Municipio de Guayaquil notificó que la pared de una casa cayó ante el sismo, esto fue en Bastión Popular. También en el Puerto Principal y El Empalme dos estudiantes de la vespertina se desmayaron por el temblor.
No fue choque, sino ruptura
Gabriela Ponce, jefa de turno de sismología del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, indica que el sismo no se dio por el choque de la placa de Nazca y la Continental. “Lo que se produjo es una ruptura en la placa de Nazca, pequeña, todavía no se puede establecer su tamaño. Esto es algo normal que se da”.
Ponce dice que la zona sur de Guayaquil tiene suelos muy blandos y la duración de las ondas persisten por más tiempo, podría haber más daño. “Al momento que pasa la onda es como si se estancara en cierta forma”.
¿Es de preocuparse por el suelo guayaquileño? El ingeniero calculista Walter Mera afirma que sí, por cuanto en el caso de los suelos arenosos, saturados, estos amplifican las ondas sísmicas.
El ingeniero geólogo Richard Vera sostiene que suelos blandos y mala cimentación es una mala combinación.