Exclusivo
Judicial
Sospechoso de asesinato padecería de esquizofrenia
El crimen ocurrió en el cantón Durán, en Guayas. El presunto autor acribilló a puñaladas a su víctima, a quien habría sorprendido por la espalda.
Su rutina habitual lo colocó en el lugar menos indicado: el escenario de su muerte. Luis Moreira, de 34 años, fue asesinado en el sitio donde cada mañana, después de trabajar en una empresa maderera, se detenía para comprar y fumar un cigarrillo.
Fue a las 07:30 del viernes 22 de enero. La víctima había llegado en su moto y se detuvo en los exteriores de una tienda, frente a una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) abandonada, en la cooperativa Oramas González del cantón Durán, en Guayas.
El joven le dio la espalda a la calle y de repente fue sorprendido por otro individuo, de 38 años, quien sin pelea o discusión previa empezó a atacarlo con un cuchillo. Y no dejó de apuñalarlo hasta que confirmó que estaba muerto, según informó el jefe policial del distrito Durán, coronel William Calle.
El oficial reiteró que, de acuerdo con la información proporcionada por los testigos, el sospechoso “le dio (puñaladas a la víctima) hasta que dejó de respirar”. Y luego de eso, el individuo caminó unos quince metros hasta una zanja, lavó el cuchillo y se retiró tranquilamente, agregó el uniformado.
Sin embargo, el sujeto tuvo que correr, porque los lugareños salieron de sus casas para atraparlo. El sospechoso avanzó tres cuadras y se metió a una casa en construcción, pero habitada por una señora.
Al verse acorralado, el individuo se ocasionó tres heridas en el abdomen y otra en el cuello, para quitarse la vida, pero no lo consiguió. El coronel Calle señaló que al lugar llegó una ambulancia, para trasladarlo a un hospital de Guayaquil, pero por poco no consiguen retirar al herido.
El jefe policial detalló que los moradores le lanzaron piedras al vehículo de emergencia, porque querían evitar que lo salvaran.
Mario Vergara, sobrino del fallecido, mencionó que sospechaban de que se trataba de un caso de robo, pero el coronel Calle dijo que eso se descartaba y, además, reveló que tras algunas averiguaciones se estableció que el detenido sufriría de esquizofrenia y que en el pasado habría estado internado por ese motivo.
La especialista
Julieta Sagnay, psiquiatra especialista en Salud Mental y Conductas Adictivas, detalla que la esquizofrenia es una enfermedad con predisposición genética, con antecedentes familiares. "Es un trastorno mental muy grave, que puede provocar alucinaciones, delirios, trastornos del pensamiento y del comportamiento", explica.
Ella define a estos síntomas como negativos y que muchas veces la familia no los reconoce, pues solo creen que la persona está triste y o pasando por un cuadro de depresión.
"Las personas suelen darse cuenta cuando la persona habla sola, cuando tienen risa o llanto inmotivado, o cuando están agresivos. Recién ahí la familia busca la ayuda", acota.
No obstante, señala que no se puede diagnosticar inmediatamente la esquizofrenia, porque existen diferentes tipos de sicosis y hace falta un seguimiento de seis meses para comprobarlo.
Incluso, sostiene que "muchas drogas pueden ocasionar este tipo de sicosis".
Y agrega que los afectados "sienten voces que les pueden decir que se maten o que maten, que coma o que no lo haga porque lo envenenan. Esta no es una enfermedad de psicólogo, sino de medicar".
La doctora menciona que en ciertos casos, los familiares, en lugar de proceder adecuadamente, van a brujos, buscan espiritistas o dejan en el abandono o en algún manicomio a los pacientes.
"La familia no acude al profesional, no le dan la medicación", cuestiona.
La experta también indica que a los pacientes "no hay que estigmatizarlos, porque hay quienes buscan ayuda y pueden vivir normalmente, estudiando, trabajando. Es necesario hacer seguimiento mensual al paciente".