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Fuera de la casa donde vivía la víctima conocidos lloraban desconsoladamente sobre el ataúd.Miguel Laje

Sospechoso de asesinar a su hija lloró y le pidió perdón

El hombre admitió haber atacado a la joven por celos. El fiscal Carlos Guerrón y una vocera de Aldea aseguran que en el incesto hubo complicidad de la familia y de la comunidad de Naranjito.

Durante su detención, Luis Bejarano Moyón no solo admitió haber matado a su hija, Carmen Bejarano Tierra, de 21 años, también confesó que lo hizo por celos (al parecer abusaba sexualmente de ella) y que para cometer el crimen utilizó un tubo y una tarraja (herramienta de acero). Así lo reveló a EXTRA el fiscal del cantón Naranjito (Guayas), Carlos Guerrón.

El funcionario manifestó que Bejarano, de 43 años, declaró que luego de asesinar a su hija lloró junto a su cadáver y le pidió perdón. El crimen ocurrió la madrugada del domingo.

“El sospechoso narró que mantenía una relación sentimental con su hija (incesto) y que lo hizo por celos, porque ella llegó de una fiesta en estado etílico. Después de matarla salió de la casa y le fue avisar a la mamá de la chica, estuvo bebiendo y se entregó a la Policía. La denuncia fue puesta por la abuela de la joven. Los familiares y vecinos sabían de la relación entre padre e hija”, sostuvo el fiscal.

Explicó que sobre Bejarano pesa una denuncia por violencia intrafamiliar, la cual fue colocada en 2017 por su exconviviente y madre de Carmen.

187 femicidios se han registrado desde el 1 de enero al 22 de agosto en Ecuador.

El funcionario del Ministerio Publicó aseguró que esta es la primera denuncia que se recepta en la Fiscalía de Naranjito por incesto y asesinato, sin embargo, dijo que se han recibido varias querellas por violación.

Complicidad e impunidad

Para César Peña, fiscal Multicompetente del Guayas, los casos de incestos son más frecuentes en sectores rurales y existen casos en que las madres normalizan este tipo de situaciones. “La educación comienza desde casa. También se podría ampliar el nivel educativo en sectores rurales, explicando que el incesto es un delito y que el cuerpo de una niña no puede ser tocado por terceras personas”, indicó.

Luis Tierra, abuelo materno de Carmen, ha sido uno de los más afectados por el crimen.Miguel Laje

La violación incestuosa está tipificada desde el 24 de diciembre de 2019 en el artículo 171 del Código Orgánico Integral Penal. La condena por el delito es de 19 a 21 años y con circunstancias agravantes es de 29 años y 3 meses.

Geraldine Guerra, de la Alianza Feminista para el Mapeo de Femicidios en Ecuador (Aldea), mencionó que en el caso de la joven asesinada presuntamente por su padre existió complicidad de la familia y de la comunidad.

Es necesario socializar la parte cultural legal para que las personas conozcan que es una infracción penal”.  
César Peña, fiscal

“Este caso no solo lo permitió la madre, sino toda la comunidad, la familia, los vecinos, nadie la protegió, es una impunidad que muestra la violencia en su máxima expresión”.

Sostuvo que lamentablemente estos casos son naturalizados en zonas rurales y urbano marginales. “Hay desconocimiento total de lo que es la ley, el incesto es un delito y en este caso nadie hizo nada por la víctima”. (AEB)

Sepelio

Cuatro jóvenes cargaron en hombros la caja con los restos de Carmen.Miguel Laje

Llevaron cadáver a recoger sus pasos

Antes de trasladar el cuerpo de Carmen Bejarano al cementerio general de Naranjito, lo llevaron hasta la casa donde residía. “Llevémosle a su casita, por última vez donde ella vivió”, manifestó una joven, con su rostro hinchado de tanto llorar.

En el portal de la villa de color verde, que se convirtió en el sitio del crimen, colocaron el ataúd por tres minutos y un grupo de mujeres se acercó a llorar desconsoladamente sobre el vidrio que protegía el cadáver de la chica asesinada con 11 puñaladas y un golpe en la cabeza.

Por favor, la hemos traído a recoger los pasitos. De aquí nos vamos directo al cementerio, les agradezco a quienes nos quieren acompañar”, dijo Luis Carrillo, padrino de la víctima.

Luis Tierra, abuelo materno de Carmen, no dejaba de llorar. Desde el domingo en que se conoció del suceso ha sido uno de los más afectados por el drama familiar. (ML)