Tras la protesta realizada por un grupo de transportistas el 29 de agosto en los exteriores del Municipio, el alcalde Aquiles Álvarez respondió días después alegando que la marcha tenía motivaciones políticas.

La noche del sábado 7 de septiembre, y considerando que se había filtrado extraoficialmente que el gremio podría intentar interrumpir el servicio en los próximos días si no eran escuchados por el Cabildo ni el Concejo Cantonal, la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) emitió un comunicado advirtiendo a los transportistas sobre posibles sanciones si llevaban a cabo dicha acción, que el alcalde también calificó de política.

“Ante las demandas de los transportistas urbanos, quienes amenazan con una paralización de sus servicios el lunes 9 de septiembre (hoy), informamos que la ATM, desde el inicio de esta administración, ha generado espacios de diálogo con los dirigentes del gremio y con las operadoras para escuchar sus inquietudes. Sin embargo, han sido los intereses políticos de los dirigentes y sus desacuerdos internos los que han impedido alcanzar consensos”, publicó la entidad, advirtiendo que, de suspenderse el servicio, se impondrán sanciones penales o administrativas conforme a la normativa vigente.

Desde agosto pasado, según el anuncio, la Dirección de Transporte de la ATM ha mantenido sesiones de trabajo con representantes de las operadoras y sus socios. “Hasta la fecha, 38 operadoras han asistido a las reuniones en las que se han tratado aspectos regulatorios relacionados con el sistema de gestión de la flota y el recaudo, así como temas operacionales necesarios para el mejoramiento del servicio”.

La entidad indicó que, como resultado de estas sesiones, las cooperativas han manifestado su interés en continuar con el proceso para la implementación de una nueva tarifa.

Sobre esta situación, hasta la publicación de este reportaje la Fetug no se había pronunciado en ninguno de sus canales oficiales. EXTRA solicitó una entrevista para conocer si acatarán lo orden, pero no hubo respuesta.

“Por años han dado un servicio pésimo. Debieron hace años mejorarlo, y con ello pedir un aumento en la tarifa. Así como están las cosas no pueden decir que van a cobrar más. Hagan los cambios, mejoren sus unidades y suban 5, 10, 15 centavos, lo que diga el estudio técnico. Pero hoy como están, es imposible que alguien quiera pagar un centavo más”, comentó Nelly Aguirre, habitante de la Alborada.

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