La madrugada de este domingo 18 de agosto, el barrio 26 de Junio, más conocido como Tripa de Pollo y ubicado en el norte de Esmeraldas, se convirtió en un infierno. Momentos de pánico y desesperación vivieron los moradores cuando un grupo de pistoleros desató el horror.

Eran las 02:30 cuando los disparos comenzaron a retumbar en las estrechas calles del sector, transformando lo que era una celebración de cumpleaños en una pesadilla.

Los casquillos de fusiles regados por el suelo eran las señales de la brutalidad del ataque. Los carros estacionados a lo largo de la vía quedaron perforados por las balas, mientras que el asfalto quedó teñido con la sangre de las víctimas.

Zapatos abandonados, vidrios rotos, manchas rojas marcaron el lugar donde los cuerpos cayeron. Un escenario desolador, digno de una película de terror.

Los sicarios, con una frialdad espeluznante, llegaron en vehículos y armados con fusiles de alto calibre, para comenzar a disparar a diestra y siniestra. Nadie estaba a salvo. Según informes preliminares, cuatro personas perdieron la vida en este ataque.

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Según testigos, los sicarios iban por un objetivo que se encontraba en la fiesta de cumpleaños que se desarrollaba en una de las viviendas del sector, pero al abrir fuego las balas impactaron a otros invitados.

“Era como una pesadilla de la que no podíamos despertar”, relató Rosa, una vecina que presenció el ataque desde la ventana de su casa. Ella estaba en su cuarto con sus hijos cuando escuchó los disparos.

“Me tiré al suelo y solo podía rezar. Los gritos afuera eran horribles. Vi a la gente caer, como si fueran muñecos. No supe si estábamos vivos o muertos hasta que finalmente los disparos cesaron”.

Una vez que acabó el ataque, se logró contabilizar un total de cuatro fallecidos, que fueron identificados como Tyron Patricio Patiño Chila, de 34 años, con disparos en el pecho; Rodolfo Gerardo Arias Quiñones, de 64 años, quien fue baleado en todo su cuerpo; Javier Cox Ayoví, de 24 años, tiroteado en el pecho y el abdomen; y Juan Quiñónez, de 74 años, con un proyectil en el pecho.

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