Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda, mejor conocido en el mundo criminal como Simón Trinidad, fue un importante miembro de la extinta guerrilla de las FARC de Colombia. Aunque de cuna de una adinerada e influyente familia de Valledupar, Cesar, terminó en las filas de la guerrilla tras una fugaz carrera política en el Nuevo Liberalismo.

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Es economista e incluso llegó a tener un cargo elevado en un banco, pero sus conocimientos financieros terminó poniéndolos al servicio de las FARC. Ingresó a ese grupo en 1987 después del magnicidio del movimiento político Unión Patriótica y poco a poco fue ganando relevancia.

Aunque por sus orígenes de familia de poder los principales líderes de la guerrilla no confiaban plenamente en él, terminó siendo uno de los comandantes del Bloque Caribe, uno de los más importantes de la organización terrorista. Sin embargo, fue durante los fracasados diálogos de paz con el Gobierno de Andrés Pastrana, entre 1999 y 2002, que ganó más relevancia mediática, ya que fue uno de los delegados de las FARC que hablaba con más elocuencia.

Su retorno a las armas y la clandestinidad

Tras el fracaso de esa negociación, Trinidad volvió a las montañas pero varias investigaciones de inteligencia que le seguían sus movimientos, principalmente la gestión de millonarios recursos ilegales de la guerrilla, terminó con su captura y posterior envío a los Estados Unidos, donde actualmente se encuentra recluido.

De acuerdo a informes militares revelados hace poco por la revista SEMANA, parte de esos negocios fueron hechos en Ecuador. Según los datos de inteligencia, Trinidad consolidó millonarias inversiones en bienes raíces, acciones en bolsa, obras de arte y transporte marítimo ecuatoriano.

Al parecer, se logró detectar un patrón de visitas al país a empresarios, inversionistas e incluso banqueros, lo que además sirvió como pista para su posterior captura. 

Su nombre ha vuelto a sonar recientemente en Colombia porque parte del secretariado de las FARC, desmovilizado en los diálogos de paz con Juan Manuel Santos, está solicitando su liberación para que con su testimonio aporte a la consolidación de la paz en ese país. Incluso el Gobierno colombiano solicitó una amnistía al Presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Se cree que sabe sobre la ubicación de millonarios recursos que fueron de ese grupo subversivo.

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