Con su cabello negro recogido en una pulcra cola de caballo que asoma por debajo de su gorra venezolana y un atuendo deportivo que cubre casi todo su cuerpo y delinea su esbelta figura, Karlay Varela Rosales (30 años) no solo vende jugos en la avenida Antonio Parra de Sauces 9, al norte de Guayaquil, sino que también conquista a quienes transitan por allí.

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Conocida por sus seguidores como La Sensación de Sauces 9, esta emprendedora venezolana destaca por su ingenio y cercanía con sus clientes. En TikTok, donde la siguen como @karlayrosales, comparte promociones y concursos, atrayendo cada vez más a su fiel clientela.

Entre estos compradores leales destaca Omar Pérez, quien frena cada mañana en el semáforo donde está Karlay para tomar panelón. “Cada día le hago el gasto, ¡son unos jugos muy buenos, muy buenos!”, asegura.

La chica de los jugos, como muchos le dicen, es originaria de Táchira (Venezuela), pero reside en la urbe porteña desde hace siete años. “Viajo constantemente a mi país porque allí vive mi familia, pero siempre regreso aquí (Sauces 9). Desde los tres días que llegué a Ecuador empecé a vender jugos”, expresa.

En el país caribeño, Varela era profesora de educación física, lo cual extraña, según cuenta, pues era profesional en eso y le encantaba pasar con niños.

Su jornada comienza temprano, a las 05:00, cuando prepara las bebidas. A las 08:00 se instala frente al monumento a los Héroes del Cenepa, su puesto de batalla. Allí, entre sonrisas, atiende a sus clientes hasta un poco más del mediodía. Las tardes las dedica al gimnasio o a preparar la producción del siguiente día.

En medio de la entrevista que esta ‘chama’ tiene con EXTRA, un patán le grita malcriadeces desde su auto. “¡Caramba!”, reacciona ella, con una risa nerviosa. “Ya estoy acostumbrada, he aprendido a verle el lado positivo a la cosa y no me afecta... Son gajes del oficio”, dice.

Pero no todo su público son personas que la insultan y se pasan de la raya con sus piropos. Unos minutos antes de ese incidente, Karlay había recibido un chupete y un ramo con un girasol como obsequio. “Los fanáticos siempre vienen a dejarme detallitos. Ellos son los que me tienen gordita”, explica, pues desayunos, chocolates, caramelos, peluches, rosas y demás regalos le llevan a La mimada de Sauces, como también la llaman.

Pero ella también mima a quienes la apoyan. Karlay también ofrece diversas promociones, como jugos gratis detrás de las etiquetas en las botellas, o regala bebidas a quienes tengan una foto con ella, en ocasiones. Sin duda, aplica estrategias de marketing digital y tradicional en la venta de sus jugos.

Para desdicha de sus fanáticos, Karlay tiene pareja en la actualidad, pero cuenta que él no es celoso a pesar de los detallistas de Sauces, pues asegura que “él está seguro de lo que tiene”.

Más allá de los jugos, las redes sociales también la han convertido en una figura atractiva para las marcas, pues algunas la contratan los fines de semana como impulsadora, un ‘cachuelito’ que, obviamente, siempre viene bien.

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