El cadáver de un hombre de unos 35 años continúa en los frigoríficos de la morgue de la capital. Agentes policiales realizan exámenes para identificarlo y esperan que familiares puedan reconocerlo.

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La mañana del domingo 25 de junio, un morador que transitaba por la avenida Amaru Ñan, en el sur de la ciudad, alertó al ECU 911 sobre el cuerpo sin vida de un hombre.

Policías de Quitumbe se acercaron al sitio y confirmaron el hecho. La víctima estaba maniatada y tenía cinta de embalaje en su boca.

Además, había un cartel encima del cadáver que rezaba: “Todos los tiguerones van a morir a nivel nacional, por sapos”.

Personal de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) se percató que el sujeto tenía un disparo en la frente. Además, los agentes de Criminalística encontraron una vaina cerca del cuerpo. El hombre no tenía pertenencias ni un documento que lo identificara.

Fabricio López, teniente de la Dinased, señaló que realizan entrevistas y recopilan videos de las cámaras de seguridad para tener más detalles del crimen.

Se presume que los atacantes llevaron a ese lugar a la víctima y la ejecutaron.

Desde el Distrito Quitumbe indicaron que algunos barrios de la zona están controlados por el Grupo de Delincuencia Organizada Los Lobos, y la primera hipótesis que se maneja es por la pugna de poder que tienen las bandas para controlar la venta de droga.

INVESTIGACIÓN

La Policía también indaga si este crimen sería una venganza al asesinato de una mujer, la noche del viernes 23 de junio.

La pareja de la víctima contó a la Policía que a las 23:15 golpearon la puerta de su casa y llamaron por el nombre de su conviviente: Jaqueline Landázuri. Ambos salieron y vieron a cinco sujetos encapuchados que les dispararon. La mujer murió en el acto, mientras que su pareja recibió un tiro en el pecho y se recupera en una casa de salud.

La víctima no registra antecedentes penales; sin embargo, su hermana les dijo a los agentes que pertenecía al grupo criminal de Los Lobos.

OTROS CASOS

La noche del 24 de junio un hombre fue asesinado a puñaladas en el sector de Carapungo, en el norte de la capital. Se trataba de Jairo Folleco, de 27 años, quien registraba antecedentes penales por asociación ilícita. Murió por hemorragia interna de las heridas causadas en su pulmón, corazón e hígado. La Policía investiga el caso como un posible ajuste de cuentas.

Por otra parte, en una casa de salud de Cotocollao murió Franklin Yanchapaxi luego de ser baleado por antisociales que intentaron robarle la motocicleta en la que se movilizaba.

La víctima habría puesto resistencia y los atacantes le dispararon en una ocasión. Yanchapaxi se intentó cubrir con el brazo izquierdo, pero la bala le atravesó la extremidad y se alojó en el pecho.

Los datos que maneja la Policía señalan que desde el 1 de enero hasta el 19 de junio del 2023 hubo un incremento del 90% en los homicidios intencionales en comparación al mismo período del año pasado. 

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