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Muchas personas se ven afectadas en estas fechas por recuerdos de aquellos que ya no están con nosotros o por otros problemas.Cortesía

¡Sáquele el cuerpo a la depresión en Navidad!

Es difícil querer aconsejar a quien cae una crisis depresiva, pero lo ideal es siempre escuchar ya acompañar. Evite esos recuerdos dolorosos.

La fecha para informar a la familia y hacer el pedido formal de matrimonio estaba lista. Sería el domingo 12 de diciembre. Habría felicidad y alegría. Una comidita y un brindis.

Pero una crisis depresiva lo echó a perder todo. Corría mediados de octubre y aunque su pareja sabía de su condición, Alejandra Martínez, de 32 años y quien vive en Quito, exponía por primera vez una crisis así ante él. Entre reproches, él se fue. Se le acabó el amor.

Sin embargo, ella supo superar esa fase y siguió adelante. Pero llegó diciembre, un mes que ‘se vende’ como una época de felicidad y alegría, pero que también viene cargado de recuerdos y tristezas.

Un mes y medio después de no saber nada de su ex, una llamada interrumpió la paz de Alejandra. Y aunque por fin después de un intenso diálogo pudo acabar con esa relación, ese ‘timbrazo’ la volvió a sumir en una nueva crisis depresiva. “Llamé a mis tíos a las 11 de la noche, me escucharon y me aconsejaban o reprochaban el porqué lloraba por él, sin saber que con ello aumentaba más mi crisis”, cuenta ahora.

Elu, como también la llaman por su emprendimiento de rosas preservadas, borró el número del sujeto y de todos sus contactos, incluyendo a amigos comunes. Pero llegó lo peor. “El domingo 12 diciembre tenía pensamientos suicidas. Tengo medicación por 3 meses y hasta pensaba en cómo hacer para tomármelas y acabar con mi vida”, relata la joven.

“Es que en fechas como estas, a veces se da como un boicoteo emocional”, explica Isabel Villón, 33 años y de Guayaquil, quien como Alejandra también sufre de depresión. Y diciembre no ha sido la excepción para ella.

“Ya me pasó antes, tenía que cortarme (con hojas de afeitar) y eso aplacaba el sentimiento que tenía”, explica Isabel, quien cree que el problema está en que muchos “cogen esta época para recordar y por eso caen”.

Al final, ambas coinciden en que lo mejor que pueden hacer los familiares es escuchar.

No recrimine ni 'aconseje', solo acompañe

Hay un punto clave a la hora de querer ayudar a nuestros familiares o amigos que caen en algún estado depresivo en estas fechas: No se vuelva en ‘consejero’, pues puede resultar ser todo lo contrario a lo que desea.

En el caso de Alejandra Martínez, recuerda que aunque su familia la apoyaba, la falta de “psicoeducación” terminó siendo peor, porque al darle consejos le recriminaban o echaban a la cara cosas que no debía hacer. “Mi familia y mi mamá se convirtieron en personas tóxicas para mí”, agregó.

En tanto que Isabel Villón refiere que quien enfrenta una crisis lo primero que debe hacer es “tener conciencia de que todo parte de uno mismo... la depresión tiene fases o puntos que son preventivos”, asegura, al tiempo que coincide que lo mejor que puede hacer la familia es acompañar sin reprochar.