Cada minuto es un martirio para los familiares y amigos de la mujer que fue víctima de robo y secuestro la tarde del viernes 16 de junio de 2023 en Santo Domingo de los Tsáchilas, porque sufriría de una enfermedad que amerita mayor cuidado y medicamentos, pero ella aún estaba en manos de criminales y se desconocía en qué situación o ambiente la mantenían en cautiverio.

Un vecino de la perjudicada, bajo reserva, comentó que ella estaba en tratamiento y que incluso no debía descuidar su correcta alimentación. El morador mencionó que la afectada es oriunda de Chone, Manabí, pero se habría criado en la tierra tsáchila. Además, señaló que ella y su esposo tendrían una ferretería en el cantón El Carmen, a media hora de Santo Domingo.

Un equipo de EXTRA acudió al lugar de los hechos para corroborar estos detalles, pero los familiares evitaron dar declaraciones, como una medida de seguridad.

El suceso

La mujer fue retenida por los delincuentes luego de llegar a casa con su cónyuge, con quien habría acudido a una entidad financiera para retirar dinero. Los criminales la sorprendieron cuando cerraba el portón del garaje, mientras el esposo parqueaba su camioneta.

Para evitar que él intervenga, los pillos lo amedrentaron con un arma de fuego, pero él, en su desesperación, clamaba que dejaran libre a su amada y que lo tomen a él en su lugar. Sin embargo, los individuos ya tenían un objetivo: llevarse a la mujer.

En el hecho actuaron al menos seis maleantes: cinco llegaron en un auto y al final apareció otro, a bordo de una moto, para movilizar a dos de sus compinches. El monto del perjuicio no ha sido precisado. Tampoco se ha informado si hay alguna exigencia económica por parte de los secuestradores.

El riesgo

Kléber Carrión, fundador de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) y actualmente director de la Cámara de Comercio de Santo Domingo, explica que en esta última entidad hay más de 1.800 socios y que más de la mitad ha sido “víctima de extorsión. Y este delito, está muy vinculado con el secuestro”.

Por eso, sostiene que los comerciantes están en un riesgo latente y eso ha llevado a que algunos cierren sus negocios, sobre todo en los sectores de las vías a Chone y Esmeraldas.

Para el experto, el “secuestro es una herramienta de terror para los grupos delictivos”, los cuales no solo atacan a personas adineradas, sino a cualquier persona que les genere interés. Incluso, indica que este tipo de hechos muchas veces no se denuncia. “En menos de un mes hemos tenido dos secuestros de impacto (...), pero seguramente hay al menos 8 o 10 que no se han denunciado”, afirma Carrión.

Pugnas

Carrión explica que la localidad está en disputa por diferentes grupos delictivos que no solo buscan el control del tráfico de drogas, sino de las actividades que en general se realizan en estas zonas. A esto, agrega que hay pillos que se toman los nombres de estas bandas para amedrentar a los lugareños.