Sumida en el dolor, Yulitza Cabrera, de 26 años, no podía creer que la ‘huesuda’ se haya llevado al amor de su vida, Rubén Guerra, con quien compartió 13 años de su vida.

Entristecida, la mujer relató que con su pareja tenían planes para, el próximo 23 de mayo, celebrar los cuatro añitos de su último niño. Ella procreó 2 hijos con Rubén. Él tenía otros dos de su anterior compromiso.

Rubén Guerra es una de las siete víctimas del tiroteo de la noche del día de las mamitas, registrado en las calles Quinta y la E del sector Promejoras, parroquia San Camilo, al norte de la ciudad de Quevedo, provincia de Los Ríos.

Yulitza Cabrera relató que ella y su hijo también estuvieron en el lugar donde fue el epicentro de la balacera, pero minutos antes se fueron a la casa, ubicada a unos 20 metros.

Ella con su pareja Rubén y su niño compartieron en casa de la familia Guerra Delgado, donde agasajaron a doña Rosa Delgado.

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Danilo Guerra, otro de los sobrevivientes, quien cojea por el roce de un bala en su pierna derecha, contó que estuvieron celebrando a su mamá Rosita. Compraron una pierna de chancho, comieron y disfrutaron con su madrecita.

Todo era alegría en la familia. Unos estaban tomando, otros jugaban naipes en el exterior de la vivienda, hasta las 23:00 en que vivieron segundos de terror.  Las huellas de sangre y de los proyectiles delataban aquella masacre que los enluta.

Encendiendo velas en el sitio donde cayeron sus allegados, otros parientes contaron que en la noche llegó un conocido y se estacionó cerca al inmueble. Sorpresivamente, unos sujetos en otro carro también llegaron al lugar y empezaron a disparar.

El joven, quien arribó acompañado de una chica corrió hacia la casa donde la familia celebraba, pero los atacantes continuaron disparando. Jordy Montalván Navarrete, de 22 años, y Dayerlin Mendoza recibieron unos plomazos. Después se confirmó el deceso de la joven.

Nada detuvo a los pistoleros que dispararon contra todo lo que se movía. En el lugar fallecieron tres hermanos, Rubén, Rosa y Carmen Guerra, además de Wellington Arteaga, nieto de doña Rosa.

Ahora la familia solo espera que se haga justicia y que se les brinde protección policial.

El jefe encargado del Distrito de Policía en Quevedo, Fernando Chuquín, detalló que en el lugar se levantó un aproximado de 50 indicios balísticos, que los proyectiles encontrados eran de distintos calibres, por lo que creen usaron varios tipos de armas de fuego, sobre todo fusiles.

Según la Policía, los criminales llegaron a bordo de un vehículo y una motocicleta.

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