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Un arrocero tratando de salvar las pocas plantas que aún no se habían ahogado.Miguel Canales / EXTRA

Inundaciones en Los Ríos: Agricultores y ganaderos 'resisten' al inverno

Los habitantes de las zonas rurales se adaptan cada año a la intensidad de las lluvias. Ante la perdida de sus cultivos, comen lo que los ríos provean

Armado con un sedal, pequeños trozos de peces para usar como carnada y una cubeta (que en realidad es una botella de galón a la que le cortaron el pico), pasa la mañana el agricultor Ignacio Mansaba en la orilla del río Babahoyo, en el recinto La Fortuna, en la zona rural de este cantón.

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Él, como cientos de habitantes del campo en la provincia de Los Ríos, ha perdido sus parcelas de cultivo, las cuales son el sustento de él y su familia. Todo debido a las inundaciones que cubren los sembríos, dejándolos insalvables. Ahora, para poder llevar algo de comer a su hogar, no le queda otra que sentarse pacientemente a esperar que algún pez muerda su anzuelo y así empezar a llenar el balde.

“Aquí me quedo desde ahorita (08:00) hasta la hora del almuerzo, me voy a la casa con lo que alcance a pescar y eso es lo que comemos. Por la lluvia se pesca poco, no se saca nada para vender, solo para el día”, relató Mansaba, quien apenas había conseguido un pequeño ‘ciego’ (bagre) que cabía en la palma de una mano, tras una hora de esfuerzo.

Esta situación se repite a lo largo de decenas de kilómetros de la ruta Babahoyo-Pimocha y otras aledañas. En todos los recintos se notan los estragos de una temporada lluviosa que, si bien ha sido de intensidad ‘moderada’, ha provocado daños graves a las infraestructuras y economía de los campesinos.

La pesca es la única forma de subsistencia que tienen los agricultores que han perdido sus sembríos.Miguel Canales / EXTRA

EXTRA realizó un recorrido por estas zonas, para conocer la realidad y necesidades de los pobladores, que claman por ayuda a las autoridades locales y provinciales, aunque ellos aseguran que no llegará, por lo que deberán vérselas por su cuenta si quieren sobrevivir a la temporada.

Casas arrastradas por los caudales, ganado con el agua hasta el cuello, enfermedades como dengue y paludismo, y la falta de trabajo para ‘parar la olla’ son los dramas que viven día a día estos poblados.

Así, por ejemplo, en el camino a la Isla de Bejucal, parroquia rural del cantón Baba, algunos agricultores no se rinden e intentan salvar lo que puedan de sus cultivos. Ellos están utilizando bombas para reducir el nivel del agua y que las plantas de arroz no se ahoguen.

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“La inversión es de unos 400 dólares por hectárea. Aquí (en su parcela) invertí unos 1.800 dólares y dos meses de trabajo. Ahora solo me quedan diez plantas (de más de cien). La pérdida es total. Solo queda esperar a que el agua baje para volver a intentar. Es nuestro sustento, lo que sabemos hacer para vivir”, expresó el agricultor arrocero Federico Ordóñez.

Al igual que él, los residentes de estas zonas no ponen sus esperanzas de mejores días en manos del Gobierno, sino en que el clima amaine y les permita retomar sus labores labrando la tierra.

Cuidado con las serpientes

A la casa de doña María se filtra agua por todos lados. Ha pedido auxilio a la Prefectura, pero la ayuda no llega.Miguel Canales / EXTRA

En el recinto El Porvenir, en la parroquia rural Pimocha del cantón Babahoyo, el domicilio de doña María Muñoz sufrió serios daños debido a los fuertes vientos que acompañan las tormentas que caen a diario en la zona.

Relató que una noche de febrero un ventarrón levantó una parte del techo de su casa, dejando caer escombros, provocando un fuerte estruendo, mandando a volar su ropa y otras pertenencias por los aires, y dejando el interior de la vivienda a merced de las inclemencias del tiempo.

Ante la falta de recursos para realizar una reparación adecuada, no le quedó de otra que remendarlo, poniendo pesadas rocas y palos encima, para evitar que el próximo ventarrón se lo termine de llevar. Ahora vive vigilante, revisando cada rincón de su vivienda, pues las inundaciones hacen que las serpientes busquen los techos y, al encontrar fácil acceso, se meten en la casa.

“Tenemos que andar revisando cada esquina con un palo para ver que no haya ninguna (culebra). Si las encontramos, las matamos y las botamos. Si te llegan a picar, estás condenado, porque aquí no hay donde hacerse atender y hasta llegar a Babahoyo ya llegas muerto”, aseguró.

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No hay comida para el ganado

El ganado padece por la falta de pasto para alimentarse.Miguel Canales / EXTRA

Los criadores de ganado también sufren por las inclemencias del tiempo, pues las lluvias han inundado las zonas de pastoreo de sus animales, que tienen poco que comer y por esto se han enflaquecido.

Don Carlos Ortiz es uno de los perjudicados. Comenta que, debido a la falta de pasto, tiene que hacer largos recorridos con sus vacas en busca de comida. Sin embargo, sabe que el alimento es insuficiente y por ese motivo debe gastar para mantenerlas en pie.

“Ya mismo vienen a venderme veinte dólares de guineo para alimentar a las vacas. La situación es difícil porque no se ha podido producir nada y tras eso hay que gastar, pero no queda de otra porque si no se las alimenta, se enferman, se mueren y después de qué nos alimentamos nosotros, de qué vivimos”.

Acostumbrados a lidiar con el lodo

Los habitantes caminan en agua empozada y entre animales.Miguel Canales / EXTRA

En las zonas rurales de Babahoyo, como El Porvenir, los ingresos a los caseríos tienen el agua al nivel de las rodillas. Por esto, los habitantes tienen dos opciones para salir de sus viviendas: conseguir un bote o ‘majar’ lodo con los pies descalzos, tanteando el terreno, moviéndose entre la maleza y sorteando los desperdicios de los animales.

Los residentes están acostumbrados a esta situación, para la cual, al parecer, no hay solución. “Aquí es terreno bajo, con la mínima lluvia se desborda (el río) y nos quedamos inundados por semanas o meses. Lo único que nos queda es rescatar a los animales para que no se mueran ahogados. Vivimos con los pies mojados toda la temporada de lluvias”, contó una vecina de la zona.

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Ayuda gubernamental

Ayuda gubernamental

El Gobierno entregó kits de ayuda humanitaria a los habitantes de varios recintos de la zona rural de la provincia de Los Ríos.Miguel Canales / EXTRA

El pasado 29 de febrero, durante una visita del presidente Daniel Noboa a la provincia de Los Ríos, fueron entregados 598 kits de ayuda humanitaria a los damnificados por las lluvias en los recintos La Tranca, El Porvenir, La Carmela y otros poblados cercanos.

Las ayudas consistieron en artículos de aseo y alimentos. La entrega estuvo a cargo de la Secretaría de Gestión de Riesgos del Ecuador.

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