Pasaron varios días para que las heridas de sus pies puedan cicatrizarse. Luego de eso, se reincorporó a sus tareas como jefe de la estación de Bomberos del Parque Industrial de Riobamba, Chimborazo. Se trata del subteniente del Cuerpo de Bomberos Edwin Santillán, quien recorrió a pie 256 kilómetros cargando todo el equipo que utiliza para apagar incendios.

El periplo, denominado ‘Hombre de fuego’, fue un reto personal en honor a quienes se han ido por la pandemia. “Todo este tiempo tan complicado hemos estado en primera línea bomberos, médicos, enfermeros, policías, militares; hemos perdido a muchos y con el paso del tiempo se va olvidando, por eso quise hacerlo en memoria de ese trabajo, de los que ya no están”, manifestó Edwin, cuando llegó a Riobamba donde cumplió su meta.

Él inició la travesía a las dos de la mañana del pasado 17 de abril de 2022, desde la Escuela de Bomberos del cantón Cuenca. Los tramos fueron largos y paraba en cada estación bomberil, donde era recibido con vítores y aplausos. Pasó por El Tambo, Chunchi, Alausí, Guamote y Riobamba. “Se me erizaba la piel al ver la hermandad de todos”, añadió.

Cinco compañeros se encargaron de la logística. Nunca quiso parar o hacer trampa. “Las botas le jugaron una mala pasada y tenía una ampolla que iba desde el talón a los dedos, lo curamos, pero no quiso abandonar su objetivo”, recuerda Gustavo Peñafiel, quien fue parte del equipo que, en motos y en vehículo, hacían avanzadas de tres kilómetros a puntos de hidratación y alimento.

Por lluvia, neblina e intenso frío le pidieron ir un tramo en carro. “Le dijimos: mi sub, para que se recupere, pero dijo no, sin trampas, ahí vamos por nuestros compañeros”, relató Gustavo.

Santillán reconoce que el tramo más difícil de caminar fue el de Chunchi-Alausí, por el fuerte temporal y las pronunciadas cuestas. Fue duro llevando 35 kilos a cuestas del peso del uniforme y el equipo.

Su esposa y sus dos hijas lo recibieron al ingreso del cantón Guamote, de donde es oriundo, y lo acompañaron caminando más de 10 kilómetros.

En su llegada a Riobamba, la tarde del 21 de abril, sus piernas ya no daban más, pero sacó esa fuerza y amor por la entidad a la que representa y ha servido 10 de sus 32 años para cumplir la meta.

Este bombero tiene grabado el apoyo de sus compañeros y de la gente que a su paso lo animaba a continuar. “Fueron días de descanso, pero ahora estoy listo para servir a mi ciudad”, señaló y sostuvo que por el momento no tiene planes de hacer otra caminata.

Es un ejemplo para los demás bomberos

A su llegada a Riobamba se le hizo un programa de recibimiento. Durante el acto, Edwin Santillán debió sentarse porque ya su cuerpo no dada más.

La jornada lo hizo merecedor de placas y la medalla por su valentía.

“Eres un ejemplo para todos nosotros… eres nuestro hombre de fuego”, manifestó Orlando Vallejo, comandante del Cuerpo de Bomberos, mientras colocaba una medalla en el pecho de Santillán.