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Una familia guayaquileña fue atacada por un espectro en una casa de alquiler en CuencaCortesía

El Rincón del Misterio: Latigueados por un capataz

Andrés Nervi y su esposa Fernanda Vera tienen artefactos de protección en su casa, para evitar ser atacados otra vez por espectros

Una pesadilla con fantasmas fue la antesala de un fin de semana terrorífico para la familia Nervi Vera. Andrés, su esposa Fernanda y sus dos hijos de 10 y 6 años fueron atacados por un espectro que habita en una casa rústica en las afueras de Cuenca, provincia de Azuay.

En noviembre de 2022, los guayaquileños alquilaron un domicilio construido de madera con varios cuartos y que está rodeado de naturaleza, alejado del bullicio. Al llegar al lugar, se sintieron raros, como si alguien los espiara. A pesar de aquello, intentaron descansar la primera noche. Era un viernes.

Andrés contó que en el sueño se le apareció un capataz y su asistente, los cuales entre gritos, con látigo en mano y enojados, les exigían que abandonaran de inmediato la casa. Incluso, hasta los golpearon con el ‘fuete’.

“En el sueño nos enfrentamos y recuerdo que le gritaba que se vaya porque ya estaba muerto. Pero después de decirle esto, se enfurecieron más. Luego, recuerdo que estaba al frente de un espejo y yo gritaba que no les hagan daño a mis hijos. Yo me veía desesperado”, acotó.

En medio de esta escena, Andrés despertó angustiado en la madrugada. Al abrir sus ojos se dio cuenta de que su esposa también se había levantado asustada en ese momento. Ella estaba en pánico y su respiración era acelerada, como si hubiese estado huyendo.

“Lo primero que hice fue contarle a mi esposa lo que había soñado. Y ella, con asombro y asustada, me dijo que había soñado lo mismo. Luego, escuchamos unos ruidos y fuimos al cuarto donde estaban nuestros hijos acompañados de mi suegra y vimos una escena de terror”, contó Andrés.

Al entrar a la pieza, ambos vieron como su hijo mayor era empujado de la cama al piso y, mientras tanto, el más pequeño levitaba en el aire, como si alguien lo estuviera levantando desde su pecho. Su camiseta estaba estirada.

“Lo que alcanzamos a ver es que mi suegra, quien estaba durmiendo con ellos, estaba tratando de bajar al más pequeño. Luego, a los dos los cogimos. En seguida los revisamos y vimos que al más pequeño le quedaron unos rasguños grandes en el pecho, parecían unas garras. En esa habitación solo estaban mis hijos y mi suegra, no había ni vimos a nadie más”, recordó.

Aquella madrugada no pudieron volver a ‘pegar el ojo’ porque se quedaron cuidando a sus hijos. Al amanecer (sábado) salieron del domicilio. Prefirieron ir a la ciudad a pasear, cuando su idea inicial fue distraerse en la naturaleza. Su plan familiar se arruinó.

“Al segundo día no dormimos en la noche. Fue tranquilo porque no les pasó nada a nuestros hijos, pero sentíamos que nos miraban. Cuando devolvimos la casa (domingo por la mañana) le contamos al dueño lo que pasó y él nos pidió perdón, porque sus anteriores clientes habían pasado por la misma situación. Nos dijo que no sabía por qué pasaba eso en la casa”.

Esto les sucedió en noviembre de 2022. Es un recuerdo reciente para ellos. Por aquella razón, a pesar de que no han vuelto a experimentar una escena terrorífica como esta, acudieron a un especialista, quien les recomendó que en su casa, al norte de Guayaquil, colocaran una vela de sales del Himalaya, artefacto que sirve para repeler los espectros.

¡El espejo es su portal!

Ronald Chávez, especialista en hechos paranormales, explicó que en este caso se trata de un espectro antiguo, ya que puede atacar físicamente. “La entidad que está anclada a un lugar tiene años sin saber que murió y es influenciada por otros espectros malos. Son los más peligrosos. Si un espectro tiene el apoyo de otro maligno, gana la habilidad de atacar físicamente. Y esta entidad pasa al plano terrenal por el espejo, los cuales utilizan como portales. En el sueño se lo mostró. Esta entidad se ha materializado porque sus osamentas deben estar enterradas por el sector”, aseveró.