Extra lleva 50 años escribiendo parte de la historia de Guayaquil y del Ecuador. Pero, ¿qué hay detrás de cada nota periodística y de cada historia? En este especial acompañaremos a una de las periodistas del diario para conocer lo que sucede allá afuera. Cómo nacen todas esas historias y cómo, al final del día, se entrelazan contigo o conmigo, porque, al fin y al cabo, nada de lo que ocurre en este país es ajeno a cada uno de nosotros.

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Todo comienza en las oficinas del diario. Desde temprano, nuestros periodistas llegan a la redacción en donde inicia la búsqueda de la noticia que marcará el día, mientras exploran redes sociales, consultan fuentes policiales y testimonios ciudadanos.

Es un lunes de septiembre de 2024, y todo indica que será una jornada intensa, ya que los fines de semana siempre dejan un sinfín de historias que dan vida —o muerte— a esta ciudad que no se detiene por nada.

A lo largo de estas cinco décadas, los periodistas de EXTRA han tenido la tarea de ir tras las historias, de explorar las vidas que se enlazan con la tragedia. Porque detrás de cada hecho violento hay emociones, verdades y realidades que esperan ser contadas.

Ese día, nuestro equipo se trasladó a Monte Sinaí, uno de los barrios más violentos de Guayaquil. La noche anterior, en medio de un control de armas en este sector, elementos de las Fuerzas Armadas se habían enfrentado a presuntos delincuentes que trataron de evadir el operativo. Hubo un intercambio de disparos y entre los abatidos se encontraba un menor de solo 12 años.

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La labor periodística puede ser un tanto peligrosa; eso no es ningún secreto. Aquel día, antes de iniciar la cobertura, dos hombres en una motocicleta empezaron a seguirnos. Estaba claro que no éramos bienvenidos en su territorio. Para nuestra fortuna, Anny, la periodista encargada de cubrir la noticia, hizo una llamada a tiempo y, en cuestión de minutos, varias patrullas policiales arribaron al lugar.

Unos minutos antes, al ingresar al sector, un niño de aproximadamente 8 años que viajaba en una tricimoto con un adulto simuló tener un arma en la mano y disparar hacia nosotros. A medida que nos adentrábamos en el lugar,  los pocos habitantes que se asomaban por las ventanas de sus casas nos miraban de manera extraña. Seguramente sentían que estábamos invadiendo su territorio. ¿Qué carajos hacen aquí?, habrá pensado alguno. Un hombre que se desplazaba en motocicleta con una mujer nos reconoció y dijo: "Son del Extra".

En medio de la tensión que envuelve a este tipo de situaciones, la labor del periodista consiste en indagar lo que más pueda. Contar la versión oficial y la de aquellos que se esconden tras las ventanas de sus casas por temor a represalias.

Lo siguiente es grabar el informe para enviarlo a la redacción. El video pasará por el equipo de videógrafos para su edición y, posteriormente, al equipo de la unidad digital, quienes son los encargados de publicarlo en redes sociales.

Para ese momento, la cobertura en Monte Sinaí había terminado. Lo siguiente era ir hasta el laboratorio de criminalística. En el viaje, Anny aprovecha para escribir su nota y enviarla al diario para que sea publicada en la web de Extra lo más pronto posible.

Ese día, como suele pasar en este oficio, nuestros planes cambiaron en cuestión de segundos. Ya no iríamos al laboratorio de Criminalística; estábamos rumbo a Durán. Así es como, de un momento a otro, un equipo de Extra iba camino a uno de los lugares más violentos del país para tratar de entender lo que el Ecuador vive a diario y para contarles a ustedes la verdad, eso que algunos tratan constantemente de maquillar.

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Cuando llegamos, un grupo de curiosos ya estaba en el lugar. Ellos siempre llegan mucho antes que policías y periodistas. Esa mañana había sido encontrado el cuerpo de un hombre desmembrado. "Lo dejaron como rompecabezas", dijo alguien escondido entre la multitud. 

El hecho aterraría a cualquiera, pero para los presentes, seguramente habitantes del sector, parecía que aquella escena ya era normal, como si estuvieran acostumbrados a vivir a diario con la violencia y el olvido.

Los asistentes murmuraban y hablaban de lo ocurrido. Un hombre en bicicleta le contaba a una señora que los 'chamberos' lo habían encontrado. Mientras Medicina Legal hacía su trabajo, algo extraño ocurrió: empezaron a tirar camaretas. Nadie sabía de dónde venían, pero se escuchaban cerca. "Eso es un aviso", dijo alguien. "Al quinto sopla", le respondió otro.

Finalmente, llegamos al laboratorio de criminalística, donde los familiares del menor abatido en Monte Sinaí buscaban respuestas. Fue allí donde nos enteramos de que el menor tenía 12 años; era un niño. Había salido a comprar una torta para celebrar el cumpleaños de un hermano, pero en el camino tomó una decisión equivocada.

La noticia que sería portada al día siguiente estaba lista. Lo último era regresar al diario, redactar la nota y dejarla lista para ser enviada a la rotativa, el lugar donde se imprime EXTRA.

Este es el proceso que a diario realiza nuestro equipo de periodistas para crear un puente entre la información y la comunidad. Detrás de cada edición hay un trabajo incansable, lleno de riesgos y retos, que garantiza que cada mañana ustedes, nuestros lectores, conozcan la verdad.

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