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Los retos sexuales para 2025: ¿Te atreves a probarlos con tu pareja?
Este nuevo año debe ser una revolución del placer. Expertos en sexualidad recomiendan desafíos que incluyen nuevas posiciones y fetiches eróticos
El inicio del año es el pretexto perfecto para reacomodar las rutinas en el ‘cuerpeo’. El vasto terreno del sexo no debe ser la excepción.
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Expertos en educación sexual, consultados por EXTRA, coinciden en que en el mundo de la sexualidad todo está permitido, siempre y cuando haya consentimiento entre los involucrados. Además, abrir nuevas expectativas en esta área permitirá que la relación se consolide y deje de ser monótona.
Según el sexólogo ecuatoriano Germánico Zambrano, en lugar de criticar el rendimiento “delicioso” de su pareja en 2024, lo ideal es sugerir mejoras para este 2025. El horario de trabajo, el estrés y las responsabilidades familiares son, casi siempre, los detonantes de la ‘bendita’ monotonía, según Zambrano. Es contra esta cuestión que hay que batallar en el nuevo año.
“Una de las cosas relevantes a considerar en este nuevo comienzo es cómo convertir toda su casa, no solo el dormitorio, en un nido de amor”, menciona. Así, pequeños cambios, como variar los horarios o los lugares para la intimidad, pueden marcar una gran diferencia.
¿Por qué limitarse al dormitorio? La sala, el comedor e incluso el garaje pueden convertirse en escenarios ideales para explorar nuevas fantasías.
Para Zambrano, dejar atrás la monotonía incluye pequeños detalles, como cambiar el colchón viejo y hundido que limita la penetración, y optar por sábanas satinadas o de seda, pues “esto puede hacer que la fricción con ese tipo de material sea una experiencia completamente nueva”.
Espejos en todas partes de la habitación, para alimentar cierto morbo voyeurista de verse ‘devorándose’, es otra de las recomendaciones para este desafío erótico.
Ojo con las poses
En cuanto a las posiciones sexuales, el especialista enfatiza que el objetivo principal es salir de la zona de confort. En un reportaje de EXTRA de 2024, varios expertos en sexualidad coincidieron en que la posición del misionero era la más típica entre los ecuatorianos. Acostados uno sobre el otro, con el mínimo esfuerzo, es lo que Zambrano sugiere sustituir.
Imagine una pose en la que el hombre sostenga a su pareja por los muslos mientras ella se aferra a su cuello. Ahí está el reto: estar en forma o tener la suficiente fuerza para que este malabar sea exitoso y placentero.
No obstante, no solo esta pose es el reto, sino también “intentar poses que nunca habían probado”, de acuerdo con el doctor Zambrano.
¿Cómo jugar en la intimidad?
Para la educadora sexual, July Ruiz, la comunicación en la pareja es el mejor afrodisíaco, porque si en una relación se pueden decir las cosas sin temor, es fácil saber qué necesidades o experiencias sexuales quieren vivir ambas partes.
La experta comenta que varias parejas le han confesado que solo han experimentado una “relación sexual común y corriente”, es decir, el hombre penetra a la mujer y se acabó. Estas mismas personas han acudido a Ruiz para que les recomiende cómo dar un paso más allá, sin que el recelo, el miedo o el sentirse juzgados les impidan abrirse para tener una mejor intimidad.
Lo primero que recomienda la educadora sexual es liberarse de los complejos sociales en torno a la sexualidad.
“Vivimos en una sociedad ‘curuchupa’ (persona conservadora frente a los cambios o innovaciones) donde nos cuesta hablar de ciertos temas relacionados con el placer, y hay que salir de esa ideología”, explica.
Lo segundo es sincerarse con la pareja y contarle qué les gustaría experimentar. Sin acusaciones, siempre con un lenguaje amable y propositivo. La idea es abrirse con confianza y probar nuevas cosas para mantener viva la llama del amor.
Recomendaciones para la sexualidad en pareja
Por ejemplo, para este 2025, Ruiz recomienda que escriban en doce papelitos (o más) el sueño erótico o fetiche que desean cumplir con su pareja y los metan en un sobre. Una vez al mes, cuando logren escapar de la rutina y tengan tiempo para estar juntos y a solas, deben sacar uno de estos papeles y llevar a cabo el ‘desafío sexual’.
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Puede ser algo atrevido que nunca han hecho, como sexo anal o introducir juguetes sexuales a la relación. Para los más recelosos, la experta indica que pueden empezar por escenas más simples, como bañarse juntos, dormir desnudos o ‘mandarse mano’. “La idea es que ambos se sientan deseados por el otro”.
Eso sí, la experta señala que los juegos sexuales no deben ser indispensables ni condicionar el rumbo de la relación. “El sexo está ligado con las emociones y siempre debe haber un diálogo entre ambas partes, sin invadir el espacio del otro.”
Si aún así la intimidad sigue siendo monótona, la educadora recomienda buscar un tercero: no un amante, sino un terapeuta de pareja.
¿Cómo usar los fetiches sin dañar la relación?
Hay una infinidad de fetiches en el mundo de la sexualidad; sin embargo, July Ruiz enfatiza que antes de practicar cualquiera se debe dialogar entre pareja y tener consentimiento de ambos.
Los amantes pueden disfrutar de acciones sencillas como besar los pies del otro hasta situaciones extremas como el sadomasoquismo, con el objetivo de que sienta placer. En estos casos, hay artefactos o instrumentos que son conocidos como el látigo, las correas de presión o las esposas. Estos se los pueden conseguir en cualquier ‘sexshop’ con sus respectivas indicaciones.
Por eso es importante, según Ruiz, que cuando se realicen este tipo de prácticas existan códigos para saber si la pareja se está sobrepasando y no se infrinja ningún tipo de dolor en el otro. “Por un tiempo estuvo de moda ahorcar a la pareja. Esto debe hacérselo cuidadosamente porque puede terminar en algo fatal”.
Uno de los fetiches que la experta en sexualidad recomienda es el cambio de roles. Es decir, que alguno de la pareja se disfrace o se haga pasar por alguien como un policía, una enfermera, un astronauta, entre cualquier otra posibilidad.
Ruiz conoció del caso de una mujer que fue a su consulta un poco asustada para decirle que su esposo tenía un fetiche en el que quería verla como una trabajadora sexual. La mujer tenía miedo y recelo de hacerlo, pero la educadora le recomendó que lo hiciera para despertar nuevas formas de atracción. Y lo hizo.
Se puso unos tacos y un vestido rojo, se paró en una esquina segura y esperó por ‘su cliente’. El marido la buscó e hizo como si no la conociera. Fueron a un hotel y disfrutaron juntos de una fantasía sexual por su aniversario de bodas.
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