“Dios está hablando dentro de mí y si quieren ser salvadas del infierno deben seguirme”. Esta era una de las frases con las que supuestamente Evert García Salamar habría embaucado a varias mujeres para acostarse con ellas y esclavizarlas. 

García, de 57 años, fungía como pastor de tres iglesias cristianas, una ubicada en la parroquia Pascuales, otra en el cantón Marcelino Maridueña (Guayas); y una tercera en el cantón Buena Fe (Los Ríos) y ahora es investigado por el presunto delito de trata de personas.

García, su cónyuge Maribel Ordeñana y una presunta cómplice llamada Evelyn Intriago, fueron detenidos la noche del martes 6 de octubre de 2020en dos operativos realizados por la Policía, uno en Guayaquil y otro en Buena Fe. En los allanamientos los agentes lograron la liberación de una adolescente de 14 años, quien presuntamente fue reclutada bajo engaños por el pastor.

El mayor Héctor Franco, jefe de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), explicó que desde marzo de 2020, luego de recibir cinco denuncias de mujeres que afirmaron haber sido víctimas de García, la Policía comenzó a seguir los pasos de este sujeto.

“No teníamos pruebas para detenerlos, solo la versión de las mujeres. Sin embargo, la madre de una joven se acercó para denunciar que su hija también estaba en poder del pastor y que este la había convencido de que se fuera con él, asegurándole que era enviado de Dios”, manifestó el oficial de Policía.

El jefe de la Unase sostuvo que con los indicios recabados la Policía y Fiscalía realizaron los allanamientos para detener al sospechoso y a sus supuestas cómplices.

“Cuando llegamos al templo religioso de Buena Fe, la menor de edad estaba pelando papas, ella aún piensa que el pastor tiene la razón y que la estaba salvando del infierno. Allí también lo detuvimos. Las otras dos mujeres fueron capturadas en un iglesia de Pascuales, ellas eran quienes reclutaban y seleccionaban a las chicas”, informó el investigador.

Sexo y trabajos duros

Dijo que las mujeres no solo eran obligadas a realizar labores domésticas, sino también debían dedicarse a la crianza de ganado y cerdos.

“Al parecer, las jóvenes también eran víctimas de un delito sexual, este hombre las convencía de que era el enviado de Dios y las obliga a mantener relaciones sexuales con él”, aseguró el uniformado.

Afirmó también que García les prohibía mantener contactos con el exterior y con sus familiares.