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¿Por qué cuatro organizaciones criminales se han tomado Daule, Nobol y Santa Lucía?
Sicariatos, robos, secuestros y extorsiones mantienen aterrados a los habitantes que viven los estragos de la delincuencia
El mayor temor de la dauleña Jazmín Maya es que por la ola de inseguridad que sacude a su cantón, producto de hechos violentos como sicariatos, robos, extorsiones o secuestros, “que ocurren con frecuencia”, una bala perdida pueda afectar a uno de sus hijos, quienes estudian en un colegio de la localidad.
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La comerciante, de 52 años, es dueña de un negocio de calzado en el sector conocido como la Bahía de Daule. Afirma que la delincuencia no solo ha trastocado su tranquilidad, también ha perjudicado las ventas, ya que los ciudadanos prefieren guardarse en sus casas antes que salir y dar ‘papaya’ a la delincuencia.
Josefina Bajaña coincide con Jazmín, pues afirma que las personas no quieren salir de compras por miedo a ser asaltadas. “Ha disminuido el comercio. Lo más preocupante son las extorsiones, también los robos y sicariatos. La gente tiene temor de visitar Daule. Trabajamos y vivimos en zozobra”, manifiesta la vendedora de ropa, de 52 años, quien tiene su local en las calles 10 de Agosto y Piedrahíta.
El manabita Cecilio Castro, quien tiene más de cuatro décadas residiendo en el sector La Yolita, del mencionado cantón, afirma que delincuentes en motocicletas o en tricimotos llegan en grupo hasta los negocios y no solo extorsionan a los propietarios con fuertes sumas de dinero, sino que además se van llevando la mercadería, como ropa o zapatos. “No se les puede decir nada, no nos queda más que dejarnos robar. Estas personas andan armadas”.
Este cantón, junto a Santa Lucía y Nobol, forma parte del distrito Daule, el cual, de acuerdo con datos de la Policía, presentó un incremento de muertes violentas y robos en los meses de abril y marzo de este año (ver infografía).
En mayo y junio se produjo una contención de crímenes, aunque la última semana del pasado mes se suscitó un hecho que volvió a alterar la tranquilidad de los dauleños. En dos sitios diferentes, embalados y dentro de hieleras, fueron encontrados los restos de un hombre, quien habría sido miembro de una organización delictiva.
El coronel Marcelo Castillo, jefe del distrito Daule, indica que el aumento de hechos violentos en la jurisdicción a su cargo se debe a la pelea por territorio que existe entre cuatro organizaciones criminales: Fatales, Águilas (ambas alineadas a Los Choneros), Los Lobos y Chone Killers, las cuales llevan tiempo asentadas en esta zona de la provincia, cuyo mayor atractivo son sus ejes viales que conectan con Manabí, Los Ríos y otros cantones del Guayas.
Sin embargo, no solo estas agrupaciones, catalogadas como terroristas, son las que se disputan un espacio en los tres cantones que conforman el distrito Daule y que está a poco más de una hora de Guayaquil. Mafia 18, una banda delictiva asentada en el sur del Puerto Principal, también está marcando su territorio y ‘robando’ la tranquilidad de los habitantes de Daule, Santa Lucía y especialmente de Nobol.
“El posible debilitamiento que ha tenido en su sector de hegemonía, que es el sur de Guayaquil, hace que este grupo criminal busque nuevos espacios para sus actos delictivos. Mafia 18 está migrando a otros lugares, porque hay ‘plazas vacantes’, ya que algunos líderes criminales han sido detenidos y otros abatidos. El atractivo de estos cantones es que se conectan con Guayaquil, Los Ríos y Manabí. Para las personas inmiscuidas en irregularidades o delitos como el narcotráfico, es importante tener la hegemonía”, explica el jefe policial.
Delitos en expansión
En esta localidad, a pesar de que varias organizaciones delictivas han sido desarticuladas, las ‘vacunas’ (extorsiones), el robo de motocicletas y en ejes viales son los delitos que están en auge, revela el coronel Castillo.
Agrega que a pesar de que en la actualidad existe una contención de homicidios y otros delitos, abril fue el mes con más hechos de sangre y esto se debió a las represalias de estos grupos criminales por las intervenciones hechas por la Policía.
“Hubo una respuesta de estas bandas terroristas al accionar policial. Incluso, a finales de abril siete supuestos miembros de una organización delictiva dedicada al sicariato, robo y extorsión fueron ajusticiados. Eso nos produjo una cifra de crímenes que todavía estamos tratando de contener”, afirma el jefe del distrito Daule, el cual está conformado por 12 circuitos.
Los circuitos de mayor violencia son La Yolita y Laurel, ubicados en Daule; y en Nobol, el sector de Petrillo, donde el 26 de abril pasado se produjo la masacre. “Petrillo es el sector más violento de mi distrito, es allí donde se han asentado las bandas criminales que están buscado llegar hasta Daule y Santa Lucía”, revela.
En agosto de 2017, EXTRA realizó dos reportajes en los que reseñó cómo este sector de Nobol, desde el 2014, se había convertido en territorio de microexpendedores y consumidores de droga.
No solo quieren los pueblos
Las organizaciones criminales no solo se sienten atraídas por los pueblos. También los ‘seducen’ los conjuntos residenciales que forman parte de Daule y donde habitan personas de clase media.
“Estas urbanizaciones tienen una particularidad: al ser privadas, está restringido el ingreso de los policías. Es por eso que muchos hechos violentos se han desprendido de todos estos lugares, que se convierten en centros de acopio de droga o donde grupos delictivos se reúnen para planificar sus hechos violentos o situaciones irregulares”.
Vías claves para mover estupefacientes
Renato Rivera Rhon, experto en seguridad y director del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado, explica que por sus ejes viales las ciudades cercanas a Guayaquil, que cuenta con dos puertos, son estratégicas para los grupos criminales, porque se convierten en arterias para el paso de la droga y para extorsionar a los comerciantes que están en la vía.
“Desde el fraccionamiento de Los Choneros, estos grupos criminales buscan asentarse en lugares donde hay comercio, porque no solo viven del microtráfico, sino también de las extorsiones, que cada día cobran más fuerza. En el caso de Mafia 18, es una banda que se está expandiendo desde el asesinato de su líder (alias Samir). Una segunda hipótesis es que se trata de un ‘efecto globo’, ya que con todo lo que está haciendo el Estado, estas organizaciones salen de un territorio y buscan otros espacios”.
Sin embargo, no descarta que se trate de una estrategia de expansión de los grupos criminales que, atraídos por la red vial de los pueblos, buscan maniobrar y convertirse en los duros del narcotráfico.
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