El paso de las tuneladoras por el subsuelo de Quito fue hace más de cuatro años, durante la construcción del Metro. Desde entonces los vecinos de Solanda, en el sur, han reportado que sus casas sufrieron hundimientos, cuarteaduras y algunas hasta han quedado inhabitables.

Los 400 afectados siguen realizando plantones afuera del Municipio capitalino para tener respuesta a su pedido de indemnización. Janneth Coronel es una de las manifestantes. Ella contó a EXTRA que su vivienda cada vez se hunde más y que tiene varias fisuras en las paredes. “No se trata de recubrir, porque ya son afectaciones a la estructura”, explicó.

En enero de 2022 se emitió un primer informe de la situación de este sector, en el que se determina que las casas están asentadas en un terreno acuífero, es decir, que entre las rocas se almacena agua.

“Por eso mismo no debieron pasar las tuneladoras por ahí. Se supone que hubo estudios previos”, reclamó Fausto Torres, otro de los afectados. Añadió que han pasado por terremotos e inclemencias del tiempo y no ha pasado nada con sus casas.

Por este tema ha habido varias reuniones entre los representantes del Metro de Quito y los vecinos, pero no han desembocado en acuerdos.

Demanda

Es por ello que en 2020, los habitantes de Solanda interpusieron una demanda en contra de la entidad, por lo que esperan los resultados de un segundo informe complementario. “Debe estar contemplado todo: la calidad del suelo, la vibración, la hidrología. Eso exigimos”, pidió Jannet.

Para Diego Carrasco, concejal miembro del Directorio del Metro de Quito, este pendiente es una preocupación, pues los moradores han amenazado con no dejar operar la parada Solanda hasta recibir una solución. “No se ha determinado técnicamente que tenga que ver lo uno con lo otro, pero tampoco se ha descartado”.

El segundo estudio sería decisivo para establecer responsabilidades y para que se active la póliza de seguro para daños a terceros. “Me parece que el reclamo de los vecinos es justo”, aseveró.

Se espera que el informe esté listo en tres o cuatro meses, pues hace un mes todavía se realizaban los contratos para su puesta en marcha.

“Personalmente me da la impresión de que sí hay un vínculo entre la construcción y las afectaciones”, comentó.

En cuanto al posible cierre de la parada por los vecinos, dijo que espera que hasta tanto ya se haya llegado a acuerdos.