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Quito
Realizaron ceremonia por la memoria de María Belén Bernal
El sospechoso del crimen sigue prófugo y la madre de la víctima reclama por las irregularidades del caso. Alistan una marcha.
Han pasado 36 días desde que María Belén Bernal fuera asesinada dentro de la Escuela de Policía de Quito. Su familia y amigos le rindieron homenaje en la iglesia que lleva su nombre: El Belén.
Allí, hasta el padre que ofició la misa, Froilán Serrano, pidió que haya justicia ante el crimen. “Dios, te suplicamos porque el alma de María Belén descanse en paz y que haya justicia terrenal”, dijo en el sermón.
Germán Cáceres, esposo de la víctima y principal sospechoso del femicidio, sigue prófugo.
LAS REVELACIONES
La fiscal Isabel Jiménez, en su comparecencia en la Asamblea Nacional, dijo que la Fiscalía no dispuso la búsqueda de Bernal en el cerro Casitagua, el pasado 21 de septiembre, fecha en la que se encontró el cadáver.
Para Elizabeth Otavalo, madre de la víctima, este dato es solo la prueba de que “existen irregularidades en el proceso (...) Lo encontraron (el cuerpo) a la una de la mañana, sin la familia, sin veedores. No avisaron”, reclamó ayer en la misa.
Además, se refirió a los vídeos que han ido saliendo a la luz sobre los hechos ocurridos el 11 de septiembre, cuando murió Bernal.
“Se ve que hasta casi lo atropellan a Cáceres por estar en aparente estado etílico. ¿Cómo lo dejan entrar así?, ¿hacer guardia?”, cuestionó la progenitora.
Ante el “espíritu de cuerpo” que habría en la Policía Nacional, con respecto a este caso, Otavalo informó que se preparará una marcha nacional para exigir la verdad de lo sucedido en aquella Escuela de Policía.
GLOBOS AL CIELO
“Queremos que encuentren a Cáceres, que se haga justicia”, reclamó.
En la ceremonia religiosa, Isaac también alzó la voz: “Quisiera pedirle a mi madre que venga y me siga acompañando. Ella era mi guía espiritual”, dijo el chico de 13 años.
Él, su abuela y su bisabuela llevaban puesta una camiseta con el rostro de la víctima. Finalmente se elevaron globos blancos y lilas al cielo. “Esa es el alma de mi hija que se eleva”, agregó Otavalo.