La calle Pedro Fermín Cevallos, en el centro de Quito, está quedando desolada. A las 10 de la mañana del lunes 13 de marzo, la mayoría de los locales están cerrados. Otros tienen letreros de arriendo o venta. Es la consecuencia del miedo.

Desde enero de este año, los dueños de negocios están listos para bajar las puertas corredizas para que los malhechores no los alcancen a ‘vacunar’

Amparo Estupiñán contó a EXTRA que hace unas semanas un sujeto entró a su local como un cliente. Pidió una bebida y preguntó por el funcionamiento y ventas.

“Yo dije que la dueña ya estaba por devolver el local por lo mal que va la cosa”, relató.

Entonces salió la frase que la aterrorizó: “Chuta, lo que pasa es que el jefe ya nos mandó a cobrar este lado de la calle”.

La mujer creyó que se trataba de prestamistas, cuando el tipo le aclaró que se trataba de una “cuota” mensual para que sigan funcionando.

Ella solo atinó a decir que no era su negocio. Desde entonces ese local se abre por unas cuantas horas al día.

“También dijeron que pasó con otros locales”, agregó.

EXTRA se acercó a los negocios, pero sus dependientes prefirieron no decir nada. La mayoría de vecinos tiene miedo a represalias.

ENCERRADOS

El miedo a las extorsiones no es lo único. Los robos y asaltos se han convertido en escenas cotidianas. “A un gringuito le partieron la cabeza con la pistola, se le llevaron todo”, contó Amparo.

Los negocios que aún ‘sobreviven’ lo hacen detrás de barrotes. Melisa Méndez también ha disminuido las horas de trabajo, aunque eso implique ganar menos.

En la puerta colocó una reja para que las personas no tengan acceso al interior. “Yo tengo una hija pequeña y prefiero no ponerla en riesgo”, explicó.

Amparo vio hace unos días al sujeto que le habló de la “cuota”, estaba en una moto, aparentemente haciendo rondas. “Lo reconocí y me quedé helada. Corrí a cerrar el negocio”, comentó.

Frente a esta situación se ha buscado desde la dirigencia del barrio unir a los vecinos. “No debemos callar, sino hacerlo público. Ya hicimos una marcha”, comentó Juan Carlos Rojas, presidente.

También se realizó una marcha de antorchas para exigir más patrullajes en la zona y se convocó a brigadas de seguridad.

EXTRA solicitó una entrevista con un vocero del Distrito Manuela Sáenz, pero hasta el cierre de esta edición no se concretó, pues estaban en reuniones. 

EL DURO DE LA CUADRA: JUAN CARLOS ROJAS

Juan Carlos Rojas lleva tres años al frente del barrio San Blas, aunque fue reelegido dice que ya es hora de dar paso a otros dirigentes. Ahora está al frente de la unificación de la zona.

1. ¿Cuál ha sido el mayor problema?

Que los vecinos no eran unidos, de hecho casi ni se conocían entre sí. Con una comunidad que no se conoce no se puede hacer avances colectivos, sobre todo en materia de seguridad.

2. ¿Qué se ha logrado en su gestión?

Recuperamos espacios abandonados como la casa barrial, pues hasta hace poco era guarida de ladrones. Ahora se hacen talleres y se busca que los moradores se apropien. Hasta repasos de bastoneras hay allí.

3. ¿Cómo es crecer en San Blas?

Esta zona es patrimonial y turística, por eso es lamentable ver cómo ha ido perdiendo su brillo. Antes, además, los vecinos nos conocíamos, nos cuidábamos, pero la mayoría se ha ido. Tenemos un patrimonio hermoso: la plaza Belmonte.

4. ¿Qué hacer con los choros?

Estamos organizando brigadas de seguridad con los líderes de ocho calles. Aunque no revelamos los detalles sino poco tiempo antes, pues se filtra la información y los delincuentes solo cambian su lugar de operación.