Un recorrido de apenas veinte minutos en el Trolebús fue una pesadilla para un joven capitalino de veinte años, quien se dirigía desde la estación de la iglesia Santo Domingo, en el Centro Histórico de Quito, hacia El Recreo, en el sur de la ciudad. Este hecho se registró la tarde del miércoles 26 de junio de 2024.

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Dentro de la unidad de transporte público, un individuo identificado como Henry Mueses, de 39 años, se le habría acercado y, tras identificarse como presunto integrante del grupo terrorista Los Lobos, le habría colocado la punta de un arma cortopunzante en la espalda, para someterlo.

La víctima no opuso resistencia, sobre todo porque el sospechoso no habría dejado de hincarlo mientras el Trolebús avanzaba. Al llegar al sector El Recreo y bajarse de la unidad de transporte, el sujeto presuntamente le quitó el teléfono celular y 10 dólares en efectivo.

El tipo huyó y de inmediato el perjudicado alertó a los agentes que patrullaban el sector, para informarles la situación de la que había sido víctima. Además, precisó que el sospechoso vestía una chompa gris, camiseta negra, pantalón azul y zapatillas blancas.

Los uniformados ejecutaron una operación de rastreo y encontraron al sospechoso en las afueras del mercado del sector Chiriyacu, cerca de El Recreo. El individuo, al ver a los agentes, habría corrido hacia el interior del área comercial, pero aun así fue alcanzado y detenido. Al revisarlo, los policías le habrían encontrado el teléfono celular de la víctima, pues lo reconoció como suyo, y el arma que presuntamente utilizó para amedrentar al joven capitalino: un estilete.

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Con la versión del afectado y las evidencias encontradas, el sospechoso fue trasladado a la Unidad Judicial de Flagrancia de Quitumbe, en el sur de la ciudad, donde fue sometido a una audiencia de formulación de cargos por el delito de robo. En la diligencia se ordenó prisión preventiva en su contra.

Durante la audiencia de formulación de cargos, realizada la madrugada de ayer, el individuo buscó desvincularse de los cargos que la Fiscalía formuló en su contra, pues negó lo dicho por la víctima y los agentes de la Policía Nacional.

En el acta de la diligencia consta que él dijo lo siguiente: “No tenía ningún arma blanca ni el celular, nada de eso es mío, tampoco corrí. Le quité unas monedas porque me gusta la droga”. Su defensa, en cambio, buscó que no se le ordenara prisión preventiva, pero no se acogió su pedido.

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