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Quito: Ritos funestos para atraer la suerte en la capital revelan un delito que parecía olvidado
Una familia sepultó huesos de muerto en su vivienda para tener suerte en el negocio que tiene. Le contamos la historia en este reportaje
Una llamada telefónica revelaría una práctica de brujería común en el Ecuador. Pero no solo eso, sino también un problema que, al parecer, no ha cesado en el país: la profanación de tumbas.
Koni es una médium y parapsicóloga que le contó a EXTRA un caso en el que está trabajando: remover el mal que atraviesa una familia de la capital. “La condición es que no dijera sus nombres”, advierte la especialista antes de relatar lo ocurrido con un comerciante y sus seres queridos.
Un hombre se contactó con ella, cuenta la médium, para pedirle que le ayudara porque su vida cambió hace cinco años. “Esto fue hace pocas semanas. Resulta que en la casa de este señor estaban enterrados restos óseos”, dice Koni.
Aquella persona tiene una ferretería y en 2019 alguien le recomendó los ‘servicios’ de un brujo para que tuviera éxito en su trabajo. Los dos concretaron una cita y este hechicero le dijo que, primero, debía hacerse baños de ‘florecimiento’.
Así lo hicieron. Con unos menjurjes, el brujo lavó al cliente: pétalos de rosas, hierbas y esencias. Pero fue en ese momento que le comentó que tenía un método ‘pepa’ para que lo que deseaba se le cumpliera.
Lo que debía hacer el dueño del negocio era permitir que el brujo enterrara huesos de un muerto en el inmueble. La credulidad del hombre hizo que accediera a esa pretensión y se selló el pacto para llevar a cabo la otra parte de ese ritual de ‘florecimiento’.
La profanación de tumbas
El brujo desconocido –porque la familia no sabía de dónde llegó– se preparó para llevar a cabo aquel rito. Primero colocó pétalos de rosas de diferentes colores y formó un corazón y flechas como si pretendiera hacer algún hechizo de amor.
Inmediatamente sacó los huesitos de un cadáver tan desconocido para él como para las personas a las que se los ofreció, y los colocó en el centro de esa suerte de altar que estaba en el piso.
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“Eran falanges de los dedos de una persona. Aquí en el Ecuador no tenemos un mercado negro de venta de huesos, así que ya podemos imaginarnos cómo los consiguieron”, comenta Koni. Ella explica que con este ritual no solo se ha demostrado el nivel al que puede llegar una persona dedicada a este tipo de ‘trabajos’, sino también cómo la profanación de tumbas sigue en boga.
Esta médium precisa que durante su labor es común escuchar que quienes se dedican a esto, en muchas ocasiones, solamente tienen que sobornar a los que cuidan los nichos para llevarse los cuerpos enteros.
O pueden hacerlo de forma violenta. Un ejemplo de ello ocurrió exactamente en junio de 2023, en Aloasí, parroquia del cantón Mejía, al sur de Quito. Sujetos desconocidos ingresaron al cementerio de esa localidad y profanaron tres tumbas.
Sin embargo, de una de ellas lograron llevarse el cráneo de uno de los fallecidos. Fue tan salvaje y rápida esa intervención criminal que dejaron el cadáver decapitado afuera de la tumba, a vista de todos los que llegaron al lugar para conocer de esa noticia.
Consecuencias
“El problema es que los restos de un cadáver pueden dividirse en diferentes partes. Un solo cuerpo puede estar enterrado en muchos lugares del país, como parte de estos rituales”, explica Koni. Un ejemplo de esto son los huesos del muertito que se entregó a la familia dueña de la ferretería.
Luego de aquel ritual, las falanges fueron sepultadas en dos sitios de aquella casa del sur capitalino. Una vez enterradas, añadieron cemento. Luego de unos meses, parecía que el florecimiento estaba resultando.
Pero con los años, todo se revirtió porque la familia atravesó por momentos críticos: su negocio quebró, la pareja que conformaba ese círculo se separó y llegaron incluso a experimentar momentos que se consideran paranormales. “Las cosas se movían y se escuchaban golpes por toda la casa. Esto se da porque cuando una persona entierra partes de un muerto, el alma del fallecido asume que está en su propiedad y la cuida”, cuenta Koni.
Supuestamente se manifiesta ante las personas que viven en una casa para pedirles que se vayan. Además, en el mundo espiritual, su situación es mucho más compleja porque al encontrarse dividido en tantas partes y repartido solo Dios sabe dónde, es probable que no descanse en paz, acota la especialista.
Es así que para bien de ‘ambas partes’, Koni fue hasta la vivienda para hacer una limpia espiritual y un desentierro. “Los sitios donde estaban los restos tenían una separación aproximada de unos 10 metros entre sí”, recuerda Bryan Albán, compañero de Koni, quien se encargó del tratamiento de los despojos luego de sacarlos.
Parapsicólogo
Ya desenterrados, se dieron cuenta de que los huesos se pulverizaron y se mezclaron con la tierra. Lo único que se pudo hacer fue una oración para que ese ser incompleto logre tener un poco de descanso.
Luego de ello, Bryan se los llevó a un cementerio del norte de Quito para sepultarlos. “En estos casos, lo más recomendable es que la familia no le rece a ese muerto porque una vez que se lo saca, con las oraciones se podría estar invocando nuevamente la presencia de su alma en la casa”, asevera este chico que también es parapsicólogo.
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La inmadurez y rasgos esquizofrénicos
Paula Vernimmen, doctora especializada en Medicina Forense y Psiquiatra, explica que se trata de un tema cultural y social todo lo relacionado con brujería, lectura de cartas, mal de ojo. “Y en especial este tema del entierro de huesitos se lo hace y con mucha frecuencia”.
La experta indica que evidentemente esto demuestra un delito, porque se obtienen los huesos para los rituales de una forma ilegal. Ahora, también debemos entender quiénes son las personas que acuden a esta gente que se dedica a ello.
Psiquiatra
“La parte cultural es importante entenderla, pero desde el aspecto psiquiátrico de quienes usan estos supuestos ritos para progresar, ya es otra cosa”.
A decir de Vernimmen, alguien que usa estos métodos para que le vaya bien es un individuo inseguro, inmaduro, porque busca una salida ‘rápida’ para su beneficio.
Agrega que existen rasgos esquizofrénicos por ciertas creencias raras en lo mágico. “Esto cuando una persona ya va a los extremos”, precisa.
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