El ciudadano que fue detenido por tener más de 100 armas de fuego en su domicilio, en Cumbayá, al oriente de Quito, ha empeorado su condición de salud.

Así lo indicó su abogado, Teodoro Coronel, quien añadió que durante la instrucción fiscal se descartó que su cliente vendía armamento a grupos terroristas, como lo indicaron, en un inicio, las investigaciones de la Policía.

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El jurista ha presentado las certificaciones que corroboran que más del 85 % del arsenal es de uso deportivo, de defensa personal y de colección.

En los próximas días darán versiones algunas de las personas que le vendieron las armas a su defendido. También se entregó el celular para extraer las conversaciones y se pueda constatar que no existen vínculos con el crimen organizado.

El sujeto investigado tiene 67 años y doble nacionalidad, ecuatoriana y estadounidense. Durante la audiencia de formulación de cargos él expuso al juez que no tiene nada que ver con el terrorismo y que quería sacar el permiso de coleccionista de las armas que le faltan por justificar.

Sin embargo no ha podido porque tiene trombo embolia pulmonar, lo que le impide movilizarse con facilidad y siempre tiene que estar con un tanque de oxígeno cerca.

Allegados del procesado indicaron que él era empresario y estaba a cargo de un negocio de publicidad, pero que lo habría cerrado por deudas. Además, su padre habría sido diplomático en la época del expresidente Velasco Ibarra.

Coronel señaló que sus problemas del corazón y respiratorios han empeorado con el proceso penal. “Ha sido un shock grande, causado porque ha sido señalado como terrorista o como alguien que los financia”, mencionó.

Según los agentes que estuvieron en el operativo, un ciudadano denunció a la Policía que por las noches se realizan disparos en la propiedad del procesado y que teme por su vida. El testigo no quiso dar su nombre por miedo a represalias. Por esta razón se realizó el allanamiento en Cumbayá.

Sin embargo, el procesado le indicó a su abogado que de lo que lo acusan es mentira, porque al ser armas de colección, mientras menos se les dé uso son más valiosas.

Esto también lo confirma Jorge Loaiza, instructor de manejo de armas y exmiembro de las Fuerzas Armadas españolas, quien luego de hacer un análisis profundo de los equipos que fueron decomisados, indicó que la época en las que habrían sido fabricados fueron a finales de los años 1800.

“Muchos de esos ejemplares son de la Primera y Segunda Guerra Mundial, utilizadas por los ejércitos alemanes, japoneses y otros”.

El experto añadió que si durante la indagación había personas que conocían de armamento era fácil notar que las escopetas y otros equipos eran antiguos porque “tienen culatas de madera y las modernas son metálicas”.

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