Pintura roída, marcos de madera rotos, tejas caídas, carrizos doblados, piso rechinante, olor a húmedo es lo que caracteriza a los bienes patrimoniales abandonados de Quito, que, a pesar de albergar la historia de la capital, están a punto de desaparecer.

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La data de cuántos son varía según el vocero municipal. Diego Garrido, concejal miembro de la Comisión de Áreas Históricas, explica que ni siquiera existe un inventario actualizado de bienes patrimoniales, mientras que Emilio Uzcátegui, presidente de la misma comisión dice que son 500 inmuebles abandonados.

El patrimonio reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (Unesco) en 1978 se desmorona de a poco, y aunque no sea un hecho inminente, de seguir así Quito podría perder esta categoría.

“No es tan simple que pase esto, pero tenemos que hacer algo para mantener los bienes patrimoniales e históricos”, explica Garrido.

Para los quiteños, las cifras no importan tanto porque lidian de frente con los predios abandonados. En La Recoleta hay varias casas sin habitar al menos 20 años. Una en particular, ubicada en la avenida Maldonado, se ha convertido en un foco de inseguridad, pues aunque está cerrada, los sin techo se dan modos de entrar. “Vienen a fumar, a tomar, se llena de basura. Es un problema”, reclama Freddy Pazmiño, vecino del inmueble.

Uno de los principales problemas con los bienes antiguos es que sus dueños fallecen y quedan litigios por herencias o simplemente ya no se acercan. “Sabemos que esta casa es de herederos, pero que viven en Riobamba. No hay quien se haga cargo”, dice.

En ese momento, se acerca uno de los sujetos que ‘habita’ el sitio abandonado. Le pide una empanada y se va. Al ver al equipo de EXTRA prefiere seguir de largo para no evidenciarse. “Prefiero perder una empanada a que me haga algo”, explica el morador.

MANTENIMIENTO COMPLICADO

Elizabeth Roldán es propietaria de un inmueble inventariado como patrimonial. Cuenta que ha hecho lo posible para mantenerlo en buenas condiciones. “Sabemos que depende de nosotros también, pero lidiar con el Municipio es engorroso”, espeta.

Por ejemplo, si necesita hacer arreglos en el techo, debe enviar una solicitud, que no siempre es aprobada a la primera. “Deben ser específicamente de teja. Podrían ser un poco más flexibles con los propietarios”, reclama.

El edil Emilio Uzcátegui reconoce que “ser dueño de un inmueble patrimonial es un inconveniente, por lo que es necesario facilitar los procedimientos”.

Para ello, la comisión de patrimonio prepara una ordenanza sustitutiva, en la que, según sus miembros, se busca mayor flexibilidad en algunos procedimientos con espacios históricos.

Para Elizabeth es un orgullo vivir en una casa considerada como patrimonio. “No todas las ciudades tienen esta categoría, pero da tristeza ver cómo el Centro Histórico queda cada vez más vacío”, lamenta.

Ella dice que son al menos 380 inmuebles abandonados desde Chimbacalle, al sur, hasta la avenida 10 de Agosto, en el norte. Uzcátegui habla de 500, pues no solo hay en el centro de la urbe, sino también en parroquias rurales como Alangasí, La Merced, Pacto o Tulipe. “El patrimonio está en todo el Distrito Metropolitano de Quito, aunque el casco colonial alberga la mayoría”, explica el edil.

¿QUÉ SIGNIFICA SER  PATRIMONIO?

El 8 de septiembre de 1978 Quito fue declarada como Patrimonio Nacional de Ecuador y Patrimonio Cultural de la Humanidad por poseer el Centro Histórico más extenso, mejor conservado y menos alterado de toda América Latina.

Esto se contrapone a la imagen cotidiana de ventas ambulantes, calles malionientes y edificios vacíos. EXTRA también recorrió el casco colonial: en la intersección de las calles Sucre y Venezuela, dos edificios del siglo XX tienen las ventanas tapiadas con bloques y grandes cadenas en las puertas. En uno de ellos funcionaba un lujoso hotel y un casino. La vida de ese inmueble se fue apagando en el inicio de los 2000.

A una cuadra funcionaba el cine Atahualpa, hasta finales de los 90 se proyectaban películas en horario continuo y hasta se podía llevar comida propia para las funciones. Con la aparición de la tecnología y la oferta de cines en centros comerciales, esta fue otra tradición que se perdió.

“Se pierde parte de la historia de la ciudad poco a poco. La declaratoria fue un reconocimiento a la trascendencia histórica. Fuimos la segunda ciudad en el mundo”, exalta Uzcátegui.

Garrido explica que si bien la ciudad ha tenido tres llamados por parte de la Unesco en años pasados, esas observaciones fueron solventadas. “Tampoco es tan fácil que nos quiten ese reconocimiento porque se necesita de una comisión internacional, además de la Unesco”, aclara.

Esta categoría también representa incentivos en el área turística, así como asesorías técnicas y cooperación internacional, según Uzcátegui.

Garrido apunta también que hay algunos incentivos internacionales a los que la ciudad no ha aplicado debido a normativas nacionales poco claras o prohibitivas. Además de que la ordenanza actual no tiene sanciones claras para los propietarios. “Por eso la Agencia Metropolitana de Control no puede actuar como debería”, agrega.

Se espera que la ordenanza sustitutiva propuesta por la comisión entre en debate las próximas semanas.

Mientras tanto, el polvo se sigue acumulando en las paredes de las casas desde el siglo XVI, cuando la ciudad empezó a construirse.

EL CENTRO SE DESHABITA

La imagen de un Centro Histórico dinámico también corre peligro, pues cada vez tiene menos habitantes. Según Elizabeth Roldán, moradora de La Recoleta, allí solo han quedado 15 familias habitando el barrio. “La gente se va y los que vienen son personas de otros lados y también se van pronto”, cuenta.

Diego Garrido explica que este fenómeno se experimenta porque el centro ya no tiene servicios qué ofrecer. “Es necesaria una intervención integral en medio ambiente, hábitat y vivienda, movilidad y sobre todo seguridad”, agrega.

No se atreve a dar un tiempo para arreglar las problemáticas, pero cree que la ordenanza sustitutiva es el primer paso. “Tenemos que articular con varias instituciones municipales”.

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