Caminar por la calle Alberto Guerrero ya no genera miedo en los moradores del barrio Fátima, norte de Quito. Esto debido a que tres guardias de seguridad hacen rondas desde el lunes 19 de junio. “Siempre fue un barrio tranquilo, pero la inseguridad ya se estaba sintiendo fuerte”, comenta Kléver Proaño, vecino.

Por ello, decidieron reunirse para buscar soluciones a los robos, arranches en moto y a la imposibilidad de salir incluso a caminar con sus mascotas por el parque.

Paulina Rivera, presidenta del comité promejoras, fue quien agrupó a 80 familias de la zona para luchar contra los delincuentes. Una de las decisiones más fue contratar guardias de seguridad. “Convocamos a un representante de cada calle para determinar la empresa que nos daría el servicio”, cuenta la líder.

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La cuota quedó en 30 dólares por familia al mes, lo que cubre sueldo, movilización y beneficios de ley para los celadores. Sin embargo, Rodrigo Endara, dueño de la empresa de seguridad elegida y exmilitar, quiso también poner su aportación. “Nos bajaron un poco el precio para que sea asequible”, resalta Paulina

MÁS 'LIBERTAD'

Lo que sigue para los vecinos es la apropiación de espacios públicos como el parque México, que aunque tiene buen mantenimiento, ya no era seguro para los usuarios. “Estamos organizándonos para hacer caminatas nocturnas, también como forma de patrullaje ciudadano”, explica Ramiro Guerrero, otro morador.

Sin embargo, todavía lidian con la burocracia municipal, pues están a la espera de que el cabildo apruebe la colocación de casetas de seguridad para los guardianes. “Esto permitiría aumentar el alcance de la vigilancia”, sostiene Rivera.

En la zona no se han registrado muertes violentas o delitos graves, según los vecinos, por lo que quieren contribuir con la seguridad. “Así los policías podrían enfocarse en otros sectores que tienen más problemáticas. Pero necesitamos que el Municipio nos agilice los permisos”, recalca la dirigente.

DRONES SOSPECHOSOS

La vigilancia de los guardias se centra en la circulación de motocicletas y otros vehículos que puedan parecer sospechosos. También se han percatado de la presencia de drones sobrevolando los domicilios. “Todavía no sabemos a quién pertenecen, pero estamos atentos porque es un instrumento de vigilancia para los delincuentes”, explica Endara.

La tarde del lunes, los celadores lanzaron un tiro al aire para poner en alerta a los posibles antisociales. “No podemos ‘bajar’ los drones, pero tampoco los pueden usar para espiar. Es una forma de disuasión”, justifica Endara.

SEGÚN LA POLICÍA LAS CIFRAS DE DELITOS HAN BAJADO

El coronel Geovanny Maldonado, comandante del Distrito Eugenio Espejo, informó a EXTRA que los delitos que más se cometen en la zona son los robos de carros y a domicilios, pero que este año se ha registrado una baja. “De 58 que tuvimos en el mismo período del año pasado, han bajado a 45 en total”.

Comentó que la comunidad trabaja en conjunto con los uniformados. “Lo que hacen los vecinos sirve de ayuda, como medida de autoprotección. Pero no es que nosotros vamos a descuidar nuestro trabajo”, aseveró Maldonado.

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