Los restos mutilados de una mujer que fueron hallados el domingo dentro de un cilindro metálico en Solanda, en el sur de la capital, todavía no han sido identificados y permanecen en Medicina Legal.

La policía espera los resultados de las huellas dactilares antes de que se deterioren, por el estado de descomposición, y así continuar con las investigaciones. Lo que se conoce hasta ahora, según Criminalística, es que la víctima tenía 24 horas de muerta cuando fue hallada.

Pretenden ubicar a las personas y la hora exacta a la que fueron abandonados los restos dentro de un cilindro junto a un contenedor de basura.

Para lograrlo, los agentes recopilan los videos de las cámaras del sector y recogen testimonios.

Según el ECU-911, en la avenida Solanda, donde abandonaron el cuerpo, existen tres artefactos que lo habrían registrado todo. Además, en la intersección de esta calle con la Cardenal de la Torre también hay otra cámara que apunta al lugar de los hechos.

La mañana del hallazgo, decenas de personas se aglomeraron para curiosear, entre ellos algunos extranjeros. La policía del Distrito Eloy Alfaro vio con actitud sospechosa a dos de ellos y quedaron retenidos.

El teniente coronel Cristian Aguirre, jefe de la Dirección Nacional de Muertes Violentas y Desapariciones (Dinased), indicó que los indagaron con base en indicios que obtuvieron en la escena. “No podemos descartar ni confirmar si ellos tienen una participación directa como actores o encubridores”, declaró.

Además, dijo que están indagando si se trataría de violencia criminal o un acto de femicidio. Añadió que se desplegaron los equipos del área de desaparecidos para determinar si en los últimos días se ha reportado algún caso relacionado con alguna mujer; sin embargo, hasta el cierre de esta edición no se encontró un dato que esclarezca la investigación.

No quieren hablar

Lo primero con lo que se habría encontrado un reciclador de basura en la avenida Solanda, la mañana del domingo, habría sido la cabeza desmembrada de la mujer. Eso lo contó otro chatarrero que caminaba ayer por el mismo lugar y que, luego de haberse enterado del crimen, prometió no volver por esa ruta.

El joven reciclador contó que unas siete personas suelen hacer esta labor en la avenida Solanda. Los moradores del barrio también están preocupados.

Doña Sarita, dueña de una tienda que queda frente al basurero donde hallaron a la víctima, contó que desde hace un año esa zona se ha vuelto peligrosa. Afirmó que en dos ocasiones casi le asaltan el negocio. Para ella, “la llegada de extranjeros dañó la zona. Y encima no hay buena iluminación”.