‘Juan’ vivió todo un infierno en un minuto con 19 segundos exactos, algo que le cambió la vida radicalmente. El hombre, de 70 años, estuvo a punto de ser secuestrado en Cotocollao, norte de Quito, y hoy se cumple el octavo día que en ese ataque perdió su ojo izquierdo.

Su sobrino conversó con EXTRA sobre lo sucedido, algo que hasta ahora los mantiene en zozobra. “Estamos con un pánico increíble. Ni siquiera podemos salir con tranquilidad desde que ocurrió esto con mi tío”, replica el pariente.

Juan fue al aeropuerto Mariscal Sucre a dejar a una allegada durante la noche del 9 de mayo pasado. Manejaba un auto blanco y debía dejarlo en la casa de otro familiar para luego esperar a su sobrino para que lo llevara a su domicilio.

Eran las 21:51 y un carro azul le cerró el paso. En ese momento bajaron dos delincuentes que se acercaron violentamente al vehículo de Juan, quien intentó escapar y chocó el auto de los criminales.

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La víctima quedó ‘varada’ y los ladrones aprovecharon para romper el parabrisas del automotor blanco de Juan. Se oyeron disparos, pero nadie salió a socorrer al hombre que comenzó a forcejear con los tipos.

Uno de ellos se zambulló al interior del carro a través de la ventana rota y abrió la puerta. Los rateros sacaron a Juan y quisieron subirlo en la parte trasera para secuestrarlo.

Sin embargo, el morador se resistió y los sujetos le golpearon la cabeza con las culatas de las pistolas. A pesar de los gritos, nadie se atrevió a salir para ayudarlo. Eran ya las 21:53.

Cuando pasaron exactamente 16 segundos después de esa hora, Juan parecía que se había librado, pero el resistirse al rapto encendió la ínfula criminal de uno de los delincuentes y abrió fuego.

La cámara captó el ataque: el disparo impactó en el rostro del adulto mayor, quien cayó malherido al piso. Fue ahí que uno de los ladrones encendió el carro blanco y sus demás compinches abordaron el otro vehículo para largarse con lo robado en esa noche.

Cuando se fugaron, las alarmas de la barriada empezaron a sonar. “Al llegar, encontré a mi tío en el suelo”, detalló el sobrino de la víctima.

Al llevarlo al hospital para que lo atendieran, los médicos les explicaron que la bala había dañado el ojo izquierdo de Juan y lo perdió completamente. El diagnóstico fue desgarrador para el afectado, así como para sus seres queridos, quienes pusieron la denuncia.

 

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“Estos tipos son asesinos. ¿Cuál fue la necesidad de disparar si mi tío ya dejó de resistirse al robo?”, inquirió el allegado que habló con EXTRA la mañana de este 16 de mayo.

El pariente de Juan dijo que esperan que se les asigne un agente investigador lo más pronto posible. Además, no pueden entregar mayores detalles para no entorpecer las pericias que ya se estarían ejecutando.

Entre tanto, Juan se recupera, pero está sumamente afectado psicológicamente por el ataque. Sus familiares solo aspiran a que, por lo menos, se dé con los culpables que le desgraciaron la vida a este adulto mayor.

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