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Quito: Encebollado en cazuela a 2.800 metros sobre el nivel del mar
Este plato típico fue innovado por una pareja que pidió a Dios que los ilumine para dar un mejor producto a sus clientes. Lo venden cerca de Las Casas
La decoración con caña guadúa, madera y paja le dan el característico toque playero a una cabaña en la que se venden platos típicos de la Costa, pero hay dos cosas que llaman mucho más la atención: su ubicación a más de 2.800 metros sobre el nivel del mar, en Quito, y que es el único restaurante que ofrece el encebollado de pescado en cazuela. Sí, en cazuela de barro.
Este último detalle le da un sabor característico a este plato tradicional ecuatoriano, que el 28 de junio de 2023 fue calificado como la segunda mejor sopa del mundo, en al ranking del portal internacional especializado en gastronomía Taste Atlas.
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En cada bocado, se siente el gusto que le aporta el barro a este platillo, cuyo origen no habría sido una casualidad, según cuenta Iralda Torres, quien junto a su cónyuge Nilo Lima son los dueños de este negocio llamado El Tío, que se encuentra en el límite de los sectores La Comuna y Las Casas, en el norte capitalino, al frente del complejo de fútbol de la liga barrial.
La copropietaria relata que este 2023 llevan siete años ofreciendo el encebollado de esta manera y que la idea de colocarlo en una cazuela le llegó a su esposo, por la sabiduría que Dios le brindó luego de los pedidos constantes, por medio de oraciones, para que los iluminara, porque querían ofrecer un nuevo producto a sus clientes.
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Iralda sostiene que ambos son cristianos y que han puesto su fe en el Creador para que las cosas en su restaurante marchen bien. De esa forma, han logrado dar educación a sus tres hijos.
La mujer, a quienes los comensales también llaman “tía”, explica que los toques secretos de su producto estrella están en la preparación y en el emplatado final, porque una vez que se colocan los ingredientes en la cazuela, esta es llevada a fuego por no más de dos minutos, tiempo suficiente para que el líquido agarre tono y sabor diferentes y que permanezca caliente hasta la última cucharada.
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La tía y su esposo no son quiteños, pero han vivido en la capital la mayor parte de sus vidas. Nilo es de madre manabita y papá guayaquileño, mientras que ella es oriunda de Loja. “Por eso a mi esposo también le dicen el manaba, aunque es más conocido como el tío. En todos lados es el tío. Él siempre quiere dar lo mejor, que el plato se vea elegante y que la gente se sienta a gusto, como si estuviera en familia mismo”, menciona Iralda.
Consejería ‘grateche’
Para mostrarse originales ante quienes acuden a su cabaña restaurante, Iralda y su amado utilizan gorros de chef, vestimenta y delantales que les dan una ‘pinta’ diferente, pero no es lo único que hacen para ganarse la atención y el afecto de sus clientes.
“En realidad, queremos que aquí se sientan como en familia. Por eso, damos consejos a quien lo necesite. Es más, si vemos a alguien que está triste, decaído, nos acercamos y tratamos de darle palabras de ánimo, para que mejore, porque nuestro objetivo también es que todos salgan contentos de aquí”, sostiene.
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Salen quinceañeros
Otro plato que surgió producto de la fe de esta pareja es el levantamuertos. Se trata de un encebollado de pescado -obviamente en cazuela- que además lleva concha, pulpo, calamar y camarón. Entre risas, la tía Iralda dice que “de aquí salen como si tuvieran 15 (años). Es el plato por el que más preguntan los que vienen”.
Canguil, chifle y pan
En este negocio, como es habitual en la Carita de Dios, el encebollado es servido con una porción mixta de canguil y chifles, de cortesía. Sin embargo, el cliente puede precisar si solo prefiere uno de esos acompañantes y será complacido. Además, en este restaurante sí venden panes, al igual en los negocios de la Costa.
La tía expresa que “esto ha hecho que muchas personas nos elijan, pero no es todo por mérito propio. Aquí todo se lo debemos a Dios”.
ASÍ OPINAN
Josué Toapanta, comensal
Karen, comensal
Alex Paul, cliente
Fernando López, consumidor
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