Los dos hombres que fueron acribillados el sábado por la tarde, en La Ferroviaria, sur de Quito, formarían parte de una organización delictiva denominada Los Lolos.

Así lo informó el general Alain Luna, comandante de Policía del Distrito Metropolitano de Quito. El oficial señaló que esta agrupación está conformada por exintegrantes de los Latin King y Vatos Locos. “Se los podría llamar disidentes”, comentó.

El general recalcó que el caso no tiene relación con disputas de poder desde la prisión, sino con grupos criminales que quieren controlar ciertos territorios para la venta de droga.

Minutos antes del doble crimen, las víctimas Oswaldo Andrango y Diego Taco habrían discutido con una mujer a la que le apodan Melany. Según un testigo del hecho, los hombres le reclamaban que ella no podía vender estupefacientes en esa esquina a lo que la mujer les habría respondido: “Ya sube el Chino. Ya van a ver, por hacerse los machitos, les van a matar”. Entonces, se dio la balacera en la intersección de las calles Nariz del Diablo y Roberto Thompson.

Luego del crimen, el general Luna dispuso que las unidades especiales de investigación e inteligencia se activen en el sector de La Ferroviaria.

La intención es que los agentes colaboren con las unidades preventivas para frenar la violencia pues, según el oficial, en los próximos días se espera algún tipo de venganza por parte de los compañeros o familiares de las víctimas.

Además, el comandante ordenó más patrullajes y presencia policial en los distritos Eloy Alfaro, Quitumbe y La Delicia, lugares que identificaron como los más problemáticos en la urbe.

Incertidumbre

Daniel Pontón, experto en seguridad y decano del Centro de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales, señaló que a partir de este caso nos enfrentaríamos a dos realidades.

La primera es tratar a este crimen como un enfrentamiento más de microtraficantes.

La otra realidad cabría en la lucha sistemática de bandas organizadas. En este caso, según el experto, sería la pugna de facciones de pandillas, las cuales se enfrentan entre sí por romper algún acuerdo entre sus líderes. “Promesas incumplidas o relacionarse con la Policía podrían ser razones para generar violencia”, explicó.

Pontón aseguró que las pandillas han tenido procesos de pacificación en los últimos años, pero desde la cárcel han sido manipuladas por las bandas que quieren monopolizar la venta de drogas. Lo que ha ocasionado que la violencia pase de las cárceles a los espacios públicos.