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Los puestos de venta de monigotes se instalaron desde el 26 de diciembre en algunos sectores de Quito.GUSTAVO GUAMAN

Quito: los costos de producción de monigotes subieron

Los vendedores tienen altas expectativas del comercio este año aunque también temor por la crisis y algunos cambios

En las calles de Quito, la venta de bombillos y caramelos se desvanece y los años viejos se toman los espacios. Las expectativas este año son altas aunque con un poco de temor. Luz Escobar, quien tiene su puesto en la Villaflora, en el sur, cuenta que este año invirtió 800 dólares en los monigotes porteños y que logró traer la mitad de lo que acostumbraba. “Uno que costaba 20 dólares está en 50. Los pequeños que valían un dólar ya costaron tres”, reclama.

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Esto se debe a que el quintal de papel también subió de precio, según la comerciante con más de 30 años en el negocio. “Costaba 10, ahora está en 80. La situación es dura”, espeta.

Sonia Almache vende en la avenida Teniente Hugo Ortiz, también en el sur. Ella elabora los monigotes y también los trae de Guayaquil unos días antes de la Navidad. “Salimos a vender siempre desde el 26, pero esta vez nos cambiaron de lugar”, dice.

Aunque la distancia no es mayor a los 100 metros, los vendedores están replegados hacia una calle secundaria. “Recién estamos viendo cómo ubicarnos, la gente ya está acostumbrada al otro espacio que era más abierto”, dijo otra vendedora, quien no quiso identificarse.

Otra de las preocupaciones de Sonia son los precios, pues en comparación con años anteriores han subido más del 100 %. “Hemos invertido más, por lo tanto, necesitamos vender”, explica.

  • POCO MOVIMIENTO

Los clientes tampoco han llegado por montones a los quioscos. Franco Jiménez es uno de los primeros. “Yo busco con calma, luego de la Navidad”, dice.

Notó el aumento del precio, pero dice que no escatimará en ello porque quiere quemar sí o sí a un expresidente ecuatoriano. “Todavía busco opciones, pero imagino que los precios no variarán”, agrega.

Los más grandes son traídos de Guayaquil.GUSTAVO GUAMAN

Las vendedoras solo piden que la venta sea fructífera para no salir “en contra”. “Le estamos poniendo mucha fe porque de esto vivimos. Diciembre es el mes que nos sostiene un poco el resto del año”, asevera Luz.

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