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Julio César Quingaguano tenía 64 años.cortesía

Auxiliar de enfermería encuentra a hombre desaparecido en estado crítico en Quito

Julio César Quingaguano desapareció el 25 de octubre en Cayambe. Lo encontraron ocho días después agonizando cerca de una alcantarilla, en Cumbayá

Morayma Quingaguano esperaba en la sala de su casa alguna noticia sobre su padre, Julio César, quien desapareció el 25 de octubre, en Cayambe, al norte de Quito.

Estaba desesperada, no sabía a quién llamar, a dónde acudir. Lloraba. De pronto, la tarde del 4 de noviembre le entró una llamada de un teléfono desconocido. Del otro lado de la línea le dijeron: “Estoy segura de que su papá está aquí”.

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Se trataba de una auxiliar de enfermería del Hospital Docente de Calderón, en el norte de Quito. Ella le indicó a Morayma que el jueves 2 de noviembre llevaron a un adulto mayor en condición crítica e irreconocible por los golpes y laceraciones que tenía en el rostro.

Su cuerpo agonizante lo habían encontrado funcionarios municipales que hacían trabajos cerca de una alcantarilla de Cumbayá, al nororiente capitalino y a 75 kilómetros de distancia de donde desapareció.

Último suspiro

Las personas que lo hallaron dijeron que no tenía identificación. Entonces, la asistente en Enfermería buscó en redes sociales la alerta de algún desaparecido con las mismas características del adulto mayor, hasta que encontró una publicación de Morayma en su cuenta de Facebook y la llamó.

Ella y una de sus hermanas fueron desesperadas hasta la casa de salud. “La peor imagen que he visto en mi vida fue verle a mi papito todo golpeado en una camilla”.

Morayma contó que al acercarse a su progenitor, él abrió los ojos y la vio con ternura. No podía hablar porque desde hace seis años que el alzhéimer que padecía le fue deteriorando su salud y la pérdida de su voz fue un indicador de que empeoraba.

El médico que lo atendió le dijo a Morayma que la enfermedad impedía que su padre asimile correctamente la medicación. Por eso, lo llevaron a terapia intensiva y le hicieron una incisión en el cuello para poder suministrar la medicina, pero no fue suficiente.

Una cámara grabó al adulto mayor mientras caminaba sin rumbo.cortesía

A las 03:00 del 5 de noviembre, el galeno le dijo a la mujer que Julio César no soportaría más. Ella llamó a sus siete hermanos para que se despidieran de su padre y, uno a uno, abrazaron y lloraron a su padre en el lecho de su muerte.

Cuando la última de sus hijas se despidió, el hombre, de 64 años, dio el último suspiro.

Recuerdos y molestias

El cuerpo de Julio César será enterrado en el cementerio de Cayambe, localidad donde se radicó hace más de 15 años. Era oriundo de Guaranda, provincia de Bolívar.

Antes de que el alzhéimer llegara a su vida, el adulto mayor trabajaba en una plantación florícola y era un hombre muy carismático, según sus hijos.

Morayma recordó el último momento que lo vio con vida. Ella estaba en su negocio de víveres y llegó su padre junto a su mamá. “Yo pelaba una piña y le ofrecí a mi papi. Él me sonrió y se fue comiendo con gusto. No lo volví a ver más”.

Los hijos del adulto mayor esperaban sus restos en la morgue de Quito.ANGELO CHAMBA

Ella dijo que seguirán un proceso judicial en contra de las autoridades porque a su parecer no la ayudaron. Comentó que luego de la desaparición, ella y sus hermanos buscaron por su cuenta a su padre.

Pidieron las grabaciones de las cámaras de seguridad de algunos domicilios y trazaron el trayecto que Julio César había tomado. Llegaron hasta el parque Rubén Rodríguez y perdieron el rastro.

En ese punto podrían continuar con la ruta si obtenían la grabación de la cámara de una gasolinera, pero no les quisieron entregar.

La Policía subió una alerta de la desaparición el 2 de noviembre, ocho días después del hecho y el mismo día en el que fue hallado cerca de una alcantarilla.

En este sector hallaron el cuerpo que todavía no es identificado.cortesía

Otro caso 

La tarde del sábado 4 de noviembre, el trabajador de una hacienda ubicada en Checa, al nororiente de la capital, percibió un olor fuerte cerca de una alcantarilla.

Cuando se acercó, vio el cuerpo descompuesto de una persona.

El alertante llamó a la Policía y los agentes determinaron que el cadáver estaría abandonado unos 10 días.

Por el avanzado estado de putrefacción no se pudo identificar el cuerpo y este todavía permanece en Medicina Legal.

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