Después de un año, el anhelado puente sobre la avenida Mariscal Sucre, noroccidente de Quito, se cristaliza en el sector de Las Casas Alto. Los vecinos están contentos, pero con algunas dudas.

Una de las primeras inquietudes es la estabilidad que tendrá, pues las bases no fueron cambiadas. “El puente era muy antiguo y esperamos que cambien todo, no solo lo de arriba”, comentó Marcelo Farinango, morador de la zona.

El puente, que beneficia a por lo menos 30 mil personas, quedó fuera de servicio luego de un accidente de tránsito ocurrido en abril de 2022. La estructura resultó afectada. Aun así, los vecinos lo usaban por la necesidad.

En mayo de 2022 se organizaron y se tomaron un tramo de esa avenida para exigir un nuevo puente. EXTRA estuvo en ese plantón. Consiguieron que se cierre el paso para evitar algún percance.

Desde entonces, los moradores de barrios como La Primavera, La Comuna, Las Casas Alto, entre otros, tuvieron que caminar 100 metros más hacia el norte para cruzar por el paso vehicular. “Eso nos representa al menos 15 minutos más de camino. Nos empezamos a acostumbrar”, dijo Julio Vega, de La Primavera.

La demora

Francisco Tamayo, gerente de la Administración de Parques y Espacios Verdes, contó a EXTRA que todas estas necesidades eran de conocimiento de la entidad, pero que hubo algunos inconvenientes. “No necesitaba solo reparación, sino cambiar las vigas completas”, sostuvo.

Para ello se envió un equipo para realizar los estudios, eso tomó tiempo. Se estableció que no solo había que cambiar la estructura, sino elevarla, pues no cumplía con la norma, según el funcionario.

Mientras tanto, el paso elevado se convertía en un foco de inseguridad, pues era el escondite de delincuentes y personas en situación de calle. “También caminar hacia el otro puente era peligroso porque hay partes en las que hay oscuridad”, aseveró Julio.

Tamayo agregó que los 45 mil dólares que costó la obra no estaban dentro del presupuesto. Eso no es todo, el proceso de contratación de materiales se cayó dos veces, pues los oferentes no cumplían con las proformas. Los meses seguían pasando.

Recién en enero se concretó el contrato. “Armamos un campamento en el parque Cuscungo para elaborar el puente”, explicó Tamayo.

No es suficiente

Además de lo engorroso de la contratación de materiales se tuvo que contratar una grúa para subir la estructura ya armada. “Fue la que se contrata para armar el nacimiento en El Panecillo cada diciembre, porque esa maquinaria no tenemos”, agregó el funcionario.

Norma Nieves, dirigente de Las Casas, expresó su alegría a la próxima entrega del paso peatonal, aunque considera que la espera fue larga. “Venían, hacían mediciones, análisis y no concretaban nada”.

Pero también les preocupa los asaltos que sufrían los transeúntes cuando usaban el puente. “Tenemos miedo de que los ladrones vuelvan. Por favor, que pongan vigilancia”, concluyó Marcelo Farinango.

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