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En la vereda de la terminal permanecen varias personas en situación de movilidad. Aunque no son todos, algunos han agredido a los vecinos.HENRY LAPO

Quito: Ataque que cercenó la mano de un joven puso en evidencia la crisis de Carcelén

El agresor fue identificado como parte de los grupos que duermen afuera de la terminal. Vecinos les temen y piden más controles

De lo sucedido con Bryan Benett casi nadie quiere hablar. El episodio en el que un individuo le cortó la mano izquierda de un machetazo quedó como un susurro o un recuerdo mal contado entre los vendedores de la terminal de Carcelén, en el norte de Quito. “Sí supimos, pero eso pasó en la noche y ya no estaba”, indicó una mujer que atiende un puesto de comida, quien omitió su nombre por miedo a represalias.

La noticia del ataque no sorprendió a los vecinos, pues el agresor sería parte de los grupos que se apuestan afuera de la terminal con carpas y colchas. “Levantan las ‘camas’ por la mañana, pero algunos se quedan por las veredas acostados o sentados”, dijo la vendedora.

EXTRA preguntó por el agresor de Bryan. “No lo conocemos. Solo sabemos que era de los extranjeros que para afuera”, contó otra vendedora.

En ese sitio ya se han hecho intervenciones, según el mayor Mauricio Pinto, jefe de Operaciones del Distrito La Delicia. “Ese día, cuando agredieron a Bryan, se levantó un parte, se buscó al sospechoso, pero huyó”, comentó.

Su búsqueda se hizo más difícil, pues no se conoció su identidad. “No tienen residencias, algunos están de paso”, explicó el uniformado.

  • ESTÁN CANSADOS

La agresión que casi le cuesta la mano a Benett es la más violenta, pero no la única, según los vecinos, pues cuentan que también han sido intimidados. “Nos piden comida. Una vez me fueron escupiendo porque les dije que esperaran hasta la tarde”, manifestó la dueña de un restaurante.

A otra comerciante le arrancharon el celular con el que justo hacía una llamada. “Lo recuperé porque un vecino corrió detrás del ladrón y le quitó mi teléfono. Era un tipo que pasaba sentado en la vereda”, relató la afectada.

Dentro de este grupo de habitantes de calle y situación de movilidad hay menores de edad que aparentemente son obligados a vender golosinas o a mendigar. “Es muy triste ver eso, pero también nos ponen en riesgo”, mencionó la víctima del robo.

Pinto explicó que si bien se hacen operativos de retiro de personas en espacios públicos, siempre vuelven. “Hemos tenido aprehensiones de personas en delitos flagrantes ahí”, agregó.

El delito que se registra en ese punto es el robo a personas. En lo que va de este año también se han decomisado 62 armas blancas. “No siempre son las mismas personas las que están afuera de la terminal. Algunos solo duermen ahí y viajan”, detalló el policía.

Debido a que empezaron a tomarse algunas partes internas de la terminal, se vallaron los espacios verdes y parterres. “Había quejas porque se ponían como enganchadores de pasajeros y querían cobrar a los conductores”, afirmó Pinto.

Benett le prestó 10 dólares a un ciudadano venezolano, quizá al ver su precaria situación, pero su pago fue un machetazo del que tardará en recuperarse, según indicaron los médicos.

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