Doscientas setenta y dos sombrillas color violeta cuelgan de cáñamos de un puente sobre el río Tomebamba, en el umbral de la Cuenca antigua y la ciudad moderna. Junto a los quitasoles, en las balaustradas está inscrito el nombre de cada mujer víctima de femicidio, mal social que hasta la fecha se ha cobrado la vida de más de 270 féminas en Ecuador durante el 2022.

El nombre más reciente pintado en esos recuerdos fue el de Dayanara Cabrera, a finales de noviembre del 2022. La joven madre de 26 años fue asesinada a golpes y estrangulamiento por su pareja sentimental, hoy detenido y con prisión preventiva, acusado de femicidio.

Es el sector y paso obligado de los ciudadanos hacia el ingreso al parque de la Madre y al Complejo Judicial de Cuenca, donde se ventilan y se llevan los procesos por la muerte de las féminas, del que se ha apoderado el colectivo Cabildo de Mujeres en su propósito de exigir justicia para las víctimas, castigo máximo para los autores y crear conciencia sobre el respeto, libertades y derechos de la mujer.

El puente fue construido en 1930 y bautizado con el nombre de Mariano Moreno, pero a partir del 25 de septiembre del 2020 el Cabildo de Mujeres con su posición obligó a la Municipalidad de Cuenca a cambiar el nombre y bautizarlo como el puente Vivas Nos Queremos.

La iniciativa de disponer de un espacio público y simbólico para pronunciarse en Cuenca surgió como respuesta a los femicidios que siguen cometiéndose y segando vidas en el país, pues tras cada nuevo caso las activistas acuden al sitio para llenarlo de flores, velas y mensajes de solidaridad para los familiares de las víctimas, pero sobre todo para hacer vigilia durante los procesos jurídicos, indicaron los miembros de este colectivo femenino.

En el lugar existe también una placa en la que se lee: “Me cuidas, te cuido”, en alusión a la unidad y solidaridad femenina como mecanismo de lucha para eliminar cualquier tipo de situación de abuso contra las mujeres.

Según la activista contra la violencia de género Patricia Sacasari, Azuay es una de las provincias más violentas del país para la población femenina: ocho de cada diez mujeres han experimentado violencia, señala.

Por eso y por la memoria de las féminas a las que les han arrebatado la vida, el puente Mariano Moreno se convirtió en un símbolo de lucha para erradicar la violencia contra la mujer.

“Por eso el puente pasó a llamarse Vivas Nos Queremos, y están estampados los nombres de las mujeres que han sido víctimas de la violencia, que han muerto por el hecho de ser mujeres”, concluye Sacasari, tras precisar que en lo que va del 2022 en esta provincia de han registrado 12 femicidios.